En el recuerdo de cientos de familias del fraccionamiento La Rueda prevalece que, en las primeras horas de la madrugada del primero de octubre de hace dos años, tuvieron que abandonar sus casas debido a que las intensas lluvias y la crecida del río San Juan inundaron sus viviendas, hecho por el cual por segunda ocasión registraron cuantiosas pérdidas materiales.
Luego de este suceso que además generó afectaciones en Los Nogales y Bosques de San Juan, las administraciones que estaban en el proceso de recepción, tanto en lo estatal como en lo municipal, tuvieron que volcar su atención para apoyar a los damnificados y poner en marcha el plan pluvial por el cual se lleva una amplia suma de recursos aplicados.
Desde ese entonces, las familias argumentaron que a pesar de que ahora haya una sequía intensa, cuando ven al cielo, y las nubes están cargadas como si fuera a llover, de inmediato, en su memoria prevalece la incertidumbre de en qué cantidades será, si se volverán a inundar, o qué tanto ha abonado la infraestructura que llevan al momento.
Al cuestionar a Flor Mendoza, quien fuera afectada en su hogar, refirió que apenas hace unos meses falleció su mamá con quien, en aquel entonces, tuvo que salir aquella noche de la mano de sus dos menores hijos, quienes asustados y con lágrimas en los ojos, solo agarraron una cobija y un peluche para poderse subir a la unidad de los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y que los llevaran al refugio temporal que se habilitó.
Ahí pasaron la noche, pero no conciliaron el sueño, puesto que, en su mente, solo estaba la preocupación de perder sus cosas, y así fue, porque sus camas, sillones, estufa y el pequeño frigobar que tenían, terminaron inservibles, y todo porque el nivel del agua alcanzó un cinturón de 1.10 metros en su privada.
“Escuchamos altavoces y era la gente de Protección Civil y los del ejército que nos decían que había riesgo de que al agua subiera, ya era muy tarde, tal vez las 11 de la noche y los niños estaban ya dormidos, lo que hicimos mi mamá que en paz descanse y yo, fue agarrar dos bolsas para basura y meter ropa a lo tonto y despertar a los niños para salir, ellos acomodaron cosas en su mochila, llevaban los documentos de todos".
Don José Reséndiz, habitante de este fraccionamiento y nativo de la Ciudad de México, comentó que, no solo las huellas del suceso están en su mente, sino que, en parte de las paredes de sus casas siguen hongos que les ha costado sacar con múltiples detergentes y sustancias, factor que representa un recordatorio de lo complicado que fue octubre del 21.
Dijo que, él se trasladó a San Juan del Río, huyendo de los temblores que azotan frecuentemente a la capital del país, y que tenía 10 años viviendo en La Rueda, situación por la cual ya le había tocado la inundación del 2017, y la enseñanza que tiene es ser más desapegado de las cosas materiales.
“Si le digo que me tocaron dos inundaciones aquí con mi señora, ya volvimos a empezar de cero a nuestra edad, ¿qué nos enseñó?, pues a no apegarnos a lo material, a privilegiar la vida, por eso fuimos los primeros en salir para que no nos sacaran en lancha en esa ocasión”.
Añadió que se endeudaron sacando préstamos y resarcir daños y volver a hacerse de algunos enseres, entre ellos arreglar su auto que se les descompuso al caer a un bache, y que, pese a ello, tienen fe en que no les vuelva a pasar algo así.
➡️ Suscríbete a nuestro Newsletter y recibe las notas más relevantes en tu correo
COMITÉ DE ACTUACIÓN
La familia Rodríguez Pérez, quienes viven en la calle principal de La Rueda mencionó que, ahora forman parte de los ciudadanos que tomaron la capacitación para las brigadas de actuación ante emergencias y contingencias, cursos que se brindaron por parte de Protección Civil Estatal y Municipal.
Consideraron que esto les va a ayudar no solo en hechos que tienen que ver con inundaciones sino para generar sinergia entre vecinos y participación ciudadana.
AYUDA GUBERNAMENTAL
Cabe señalar que posterior a la inundación se hizo un anuncio por parte de gobierno estatal en la que se aplicaron más de 30 millones de pesos, y que de esta manera las familias tuvieran intercambiar electrodomésticos que perdieron durante la contingencia.
SOCIEDAD SANJUANENSE
En cuanto a la ayuda que de inmediato se brindó por parte de la sociedad organizada, fue que algunas agrupaciones llevaron alimentos en caliente para alimentar a los afectados y a las familias, aunado a que se reunió ropa y enseres de cocina para donarlos y que se pudieran recuperar de inmediato.