Artesanos del barrio de El Cuisillo, en Amealco de Bonfil, piden el apoyo a las autoridades para que les ayuden con la difusión de sus talleres de alfarería de tal modo que les sea redituable y puedan tener mejores condiciones de vida.
María Luisa Pérez Anastasio, es una de las mujeres de esta región que se dedica a la elaboración de diferentes artesanías a base del barro, tales como la calabacita, puerquitos, jarrones, platos, vasijas y una serie de artículos para adornar los hogares, sin embargo, consideró que su trabajo no se ha valorado tanto como lo es el caso de las muñecas.
Precisó que a la semana realiza por lo menos 200 artículos de barro, pero debido a la lejanía de su localidad con la cabecera municipal, las personas de revendedores que llegan hasta sus hogares les ofrecen muy poco por sus piezas, y se ven en la necesidad de venderlas hasta un 50% menos de su valor.
“Nos da tristeza tener que vender tan barato nuestro producto, hay calabacitas que vendemos en tres pesos, y aun así nos quieren dar un peso solamente, y así no salen, y lo mismo pasa con los jarritos o las tazas, nos quieren dar muy poco dinero y en las familias somo muchos”.
Resaltó que desafortunadamente los alfareros no han tenido la misma suerte que los de textiles, ya que las muñecas les dejan mejores ingresos, y lo que ellos buscan es que al turismo lo desarrollen para esa zona, ya que ellos forman parte de la región indígena de San Ildefonso Tultepec.
“Tenemos mucha necesidad de vender, y por eso nos gustaría también salir en videos y testimonios de nuestro trabajo. Nosotros soñamos con evitar que nuestros maridos se vayan a Estados Unidos y que trabajen en los hornos con nosotros”, concluyó.