El término “Cosplay” proviene de la contracción de dos palabras, la primera de ellas es “costume” que en idioma ingles se utiliza para “disfraz” y la segunda es la palabra “play” que significa “jugar”. En este sentido se trata de jugar a disfrazarse, una tendencia que aplica a imitar el atuendo y la apariencia de algún personaje de televisión, cine o animación, sobre todo, aquella animación originada en Japón y conocida alrededor del mundo como “anime”.
Sobre el origen de esta tendencia, existen dos versiones. La primera cuenta que en los años 30’s en Estados Unidos se realizó una convención de ciencia ficción y donde una pareja de asistentes acudieron disfrazados como personajes de la película “Things to Come”. Al año siguiente, más personas acudieron disfrazadas de sus personajes favoritos, iniciándose así esta moda.
Otra versión de este arte con influencias culturales es que en 1970 en el Comic Market celebrado en Japón, los jóvenes asistentes se vestían como sus personajes favoritos de películas, anime y videojuegos, una tendencia que fue extendiéndose a todo el país asiático y posteriormente al resto del mundo.
En la actualidad el Cosplay ha evolucionado de un simple pasatiempo a una profesión y estilo de vida. Existen Cosplayers muy famosos que ganan miles de dólares al año por su trabajo pues no solo involucra mucho tiempo de preparación sino una investigación del personaje a imitar, aparte de conocimiento de diseño, moda, creación de armaduras y armas o aquello que se requiera para lograr el mejor resultado posible.
Dentro de las cosplayers más famosas a nivel mundial se encuentran Yaya Han y Jessica Nigri, quizá las mejores exponentes en este arte.
Sin embargo, México también tiene talentosos Cosplayers que incluso han ganado competencias internacionales alrededor del mundo.
En la edición 2018 de la Conque en esta ciudad, nuevamente se apreció el gran talento de quienes gustan de este arte, destacando las mujeres con sus cosplays de series como Sailor Moon, Magic Knight Rayearth, Saint Seiya, entre otros.
