La telenovela “Imperio de mentiras” está en su fase final, pues espera concluir con la incógnita sobre quién es el culpable el próximo 17 de enero, cuestionamiento que comparte el elenco.
“Estuvimos esperando a que nos llegara el capítulo final para descubrirlo y fue muy emocionante estar grabando con la expectativa, sin embargo, los capítulos finales los hice por escena y no he podido ver todo completo, entonces sigo sin tener claro el final de mi personaje, ¡muero por verlo!”, comparte Alejandra Robles Gil, quien en la historia ha dado vida a Majo Cantú.
Al entrar en este personaje, un tanto controvertido, confiesa que no sabía cuál sería la reacción del público ante la forma de ser de Majo, quien contradice los principios feministas que se refieren a la importancia del amor propio y al empoderamiento femenino.
“Existen dos panoramas, por un lado, te cuestionas por qué está con una persona que la hace sufrir y la trata mal, y por el otro surge la idea de que él puede cambiar porque ya conoció el amor”, comparte y detalla que como actriz le generó un gran reto, sin embargo, se sintió satisfecha al ver la empatía que creó con el público.
Asimismo, detalla que el actuar de Majo es precisamente un mensaje para que quienes la miren se vean reflejados en ella, ya que al ser un personaje humano, no todo lo que hace está del todo bien o mal.
Al aceptar este compromiso, dice, lo logró brindándole toda la fuerza en escena; “lo que hice fue mostrarla súper enamorada reflejando que de verdad ve a este ser humano como su héroe y que muere y vive por él, es su adicción”.
Por ello, reflexiona sobre el primer amor, el cual dice es el “más inocente”, que es justo el que vive Majo, y de cuya relación debe aprender en la vida, “como nos pasa a todos”.
Tomando distancia del personaje y saliéndose de su piel, Alejandra asegura que el consejo que le daría es que “buscara ayuda profesional” porque en cuestión de lecciones tiene mucho por compartir, como el amor propio, dejar a un lado las apariencias y aprender a vivir por uno mismo y no por otra persona.
Finalmente, asegura que el destino que quisiera para Majo en este final es que encontrara la paz y pudiera acercarse a su familia, ya que considera que el mensaje que da la telenovela se basa en la fuerza de las mujeres.
“Destaca el poder de ellas, además del poder del amor, es decir, que nosotras somos muy sensibles y muchas veces eso se traduce como una debilidad, que en realidad es la fortaleza de las mujeres con la que encuentran la garra para luchar por lo que quieren y superarse”.
Detrás de cámaras
Las grabaciones de esta producción se llevaron a cabo durante la pandemia, por lo que la actriz confiesa que a diferencia de otros momentos, ha surgido una convivencia muy limitada fuera de cámaras, sin embargo, ha hecho grandes amigos.
“Angelique (Boyer) es un sol, la quiero y admiro muchísimo, es súper trabajadora y disciplinada, de las fortunas de este proyecto es que me tocaron dos grandes hermanas y unos grandes seres humanos. Con Andrés (Palacios) no compartí muchas escenas, pero también hicimos una amistad padrísima”, dice sobre la relación que asegura, pocas veces sucede.
Con respecto a su amor y verdugo a la vez en escena, Darío (Iván Arana), confiesa que la convivencia surgió conforme fue avanzando la historia y agradece haber compartido con “un compañero tan generoso, que en el set es tan entregado e intenso; hicimos un equipo muy padre”, relata.
Como es tradición, el capítulo final suele verse con todo el elenco, sin embargo, debido a las medidas sanitarias, asegura que lo verán a distancia, pero a través de zoom. “Queremos compartirlo porque para nosotros el final es una conclusión de todo nuestro trabajo, no solo un capítulo más”.