La campaña para las elecciones presidenciales de junio todavía no ha empezado oficialmente en Irán, pero ya se ha instalado el debate en la red social Clubhouse, que ofrece una rara posibilidad de diálogo público en el país.
Políticos, candidatos potenciales, analistas, periodistas... La joven aplicación atrae en Irán a miles de oyentes en sus salones de discusión accesibles solo con invitación.
"La principal cualidad del Clubhouse es haber dado la oportunidad de dialogar a gente que nunca se hubiera hablado", asegura a la AFP Farid Modaressi, analista cercano al campo moderado del presidente Hasan Rohani.
Lanzada en marzo de 2020, Clubhouse ofrece a sus usuarios un servicio de audioconferencia a través de salones creados por sus miembros.
Con vistas a la primera vuelta de la presidencial iraní, el 18 de junio, la aplicación permite hacer preguntas directamente a políticos a los que, el común de los mortales, generalmente no tiene acceso.
Y esto pese a que la campaña solo se abre el 28 de mayo y que todavía no se han dado a conocer los nombres de los candidatos que concurrirán.
Animador de muchas discusiones, Modaressi cree que el éxito de Clubhouse en el país se explica por las restricciones habituales en la prensa, la pandemia que lleva a la gente a quedarse en casa y el deseo de muchos iraníes de la diáspora de participar en el debate.
"Había una demanda y (Clubhouse) responde a ella", resume, destacando la presencia en la plataforma de personalidades conservadoras, reformadores o moderadas.
"Diálogo multilateral"
Junto con Instagram, Clubhouse es una de las escasas redes sociales extranjeras accesibles en Irán sin tener que recurrir a un programa para soslayar la censura.
Candidato potencial, Eshaq Jahanguiri, primer vicepresidente de Rohani, fue uno de los primeros altos funcionarios en utilizar la plataforma, defendiendo con uñas y dientes el balance del gobierno.
Para el periodista reformador Mostafa Faghihi, la aplicación permite revivir la posibilidad de un "diálogo multilateral", habitualmente fuera de alcance en Irán debido a las prácticas de los "gigantes mediáticos financiados por el Estado, como la televisión pública, transformados en tribunas partidistas que solo se hacen eco de un solo lado".
Según él, Clubhouse puede jugar "un papel muy importante" en materia de comunicación con los electores.
Se jacta de los "cerca de 110.000" oyentes que siguieron la discusión organizada por su portal de información, Entekhab, con Faezeh Hashemi, hija del antiguo presidente Akbar Hashemi Rafsanyaní (fallecido en 2017) que es muy crítica con las autoridades.
El salón alcanzó rápidamente el número máximo de miembros autorizados, cuenta Faghihi. Algunos participantes han creado otros salones para permitir al mayor número de oyentes oír los debates, que al final están siendo difundidos en directo por Twitter e Instagram.
"Yo no votaré ya que todo lo que hemos logrado pese a nuestros esfuerzos es Rohani", declaró Hashemi, haciéndose eco de la decepción de muchos iraníes, a la altura de la esperanza de liberalización política que había suscitado el presidente a su llegada al poder en 2013.
Aunque Clubhouse tiene un éxito innegable en Irán, algunos lamentan que no todas las voces pueden hablar.
"Problemas de seguridad"
Cuando Modaressi organiza una discusión sobre la plataforma con el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, el salón contiene un número inhabitual de funcionarios iraníes y periodistas que trabajan para medios en persa basados en el extranjero, considerados "hostiles" por la República Islámica.
Pero, según él, estos últimos no pudieron hacer preguntas "debido a las reglas del ministerio" que el animador se vio obligado a aceptar.
Abbas-Ali Kadkhodai, portavoz del Consejo de Guardianes, el órgano que controla las elecciones, considera que el "ciberespacio (puede) jugar un papel positivo al permitir el acceso más rápido y mejor a la información".
En este sentido, agrega a la AFP, "Clubhouse no es una excepción".
Pero la aplicación no es del gusto de todos, en particular los ultraconservadores.
En abril, la agencia Tasnim, cercana a los ultras, manifestó su preocupación por que los "enemigos" de Irán puedan utilizar el Clubhouse para crear "problemas de seguridad, sociales y políticos", al permitir "identificar a la élite" del país, "localizar" a la gente o favorecer "filtraciones de información a gran escala".
Poco después, Clubhouse estaba inaccesible, suscitando los temores de que dicho servicio podría correr la misma suerte que Facebook, Twitter o Telegram, bloqueados en Irán. No obstante, el acceso a la plataforma se ha restablecido.