Recientemente hice un ejercicio en mis redes sociales, en donde publiqué una imagen la cual era una captura de pantalla de un ejercicio que realizo con mis alumnos durante una clase de modelación digital en 3D. Esta imagen la ingresé a un motor de generación de imágenes por medio de inteligencia artificial y me llevó a varias reflexiones.
Primero, le di la instrucción de realizar algunas modificaciones en cuanto al estilo en el cual está diseñado el objeto, así como la asignación de materiales, colores, iluminación, y estados de ánimo, posteriormente se generó una serie de imágenes las cuales me llevaron a la conclusión de que este tipo de herramientas son sumamente potentes para poder generar nuevas propuestas de diseño y así poder explorar nuevas versiones que muy probablemente no estaban consideradas al inicio del proceso de diseño.
Debo confesar que se generó una conversación interesante sobre el uso y abuso de estas nuevas tecnologías, particularmente en aspectos de propiedad intelectual y plagio. Favorablemente se ve esto como un parteaguas en la disciplina y se abre una ventana a nuevas posibilidades.
Resultará muy interesante ver cómo las nuevas generaciones de diseñadores utilizarán estas nuevas herramientas de una manera que les permita trabajar haciendo más eficiente su trabajo sin sacrificar la propuesta creativa ni el proceso de conceptualización de los productos que estarán generando. Al mismo tiempo los docentes deberán entender que estas nuevas herramientas no ponen en riesgo la integridad creativa que el diseñador utiliza al momento de desarrollar sus propuestas de producto, al contrario, deberá aprender a utilizar esto de manera pedagógica de tal manera que provea a sus estudiantes de una metodología para poder ampliar las posibilidades que se tienen en cuanto a la generación estilística de sus propuestas de diseño.
*Director de departamento de Diseño Región Centro-Sur del Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.