La Junta de Gobernadores del FMI dio el lunes luz verde al aumento de su capacidad de reservas en efectivo en 650.000 millones dólares, último paso hacia una iniciativa de ayuda a los países más vulnerables.
"Esta es una decisión histórica. La mayor asignación de DEG (Derechos especiales de giro) en la historia del FMI y una inyección en el brazo para la economía mundial en momentos de una crisis sin precedentes", dijo en un comunicado Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Esto ayudará especialmente a nuestros países más vulnerables que luchan contra el impacto de la crisis del covid-19", añadió.
El programa, que ya había sido aprobado por la junta ejecutiva del FMI a mediados de julio, será implementado el 23 de agosto.
La emisión de nuevos DEG será destinada a los países miembros en proporción a su cuota en el FMI, precisó el organismo.
Los países emergentes y en desarrollo recibirán un total de unos 275.000 millones de dólares.
Pero "también continuaremos participando activamente con nuestros miembros para identificar opciones viables para la canalización voluntaria de DEG de los países miembros más ricos hacia los más pobres y vulnerables para apoyar la recuperación de la pandemia y lograr un crecimiento resistente y sostenible", dijo Georgieva.
Los países ricos podrían, por ejemplo, transferir los DEG que les sean asignados para financiar el programa del FMI contra la pobreza y el Fondo para Crecimiento, lo cual aumentaría la concesión de créditos a países de bajos ingresos.
Creados en 1969, los DEG no son una moneda ni tienen existencia material. Su valor actualmente se basa en una canasta de cinco monedas fuertes: dólar, euro, libra, yuan y yen.
Una vez emitidos, pueden servir como valor de reserva que estabiliza el valor de la moneda nacional de un país o convertirse en monedas más fuertes para financiar inversiones.
A los países más pobres, les permite también obtener monedas fuertes sin pagar altos intereses.