/ miércoles 19 de febrero de 2020

En riesgo, grado de inversión de Pemex

Carlos Capistrán considera que después de Fitch, una segunda agencia está a punto de retirarle la calificación a la petrolera

Después del castigo que le aplicó Fitch a mediados de 2019, Pemex está a punto de perder el grado de inversión de una segunda calificadora. La razón, explica Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America Merril Lynch, es el bajo crecimiento de la econmía mexicana, que calcula sea de 0.5 por ciento en este año.

Capistrán prevé que el país conserve el grado de inversión por parte de Moody´s, aunque si la agencia decide bajar un solo peldaño la nota soberana la repercusión para Pemex sería perder el grado de inversión porque ya se encuentran apenas un nivel arriba de “basura”.

Esto, luego de que en junio de 2019, Moody's castigó la calificación de México con un cambio de perspectiva a negativa desde estable, aunque confirmó la nota en A3.

La siguiente evaluación de Moody's será a mediados de año, pero la calificadora ya expresó su preocupación por las repercusiones crediticias para Pemex por la contracción (de 0.1 por ciento) de la economía en 2019, la primera en 10 años.

En el caso de Fitch, a mediados del año pasado también degradó la calificación soberana, pero sin quitarle el grado de inversión. A Pemex le redujo la nota (de BBB- a BB+) y con ello la colocó en grado "basura".

En el Foro Perspectivas 2020, que realizó ayer la Asociación Nacional de Abogados de Empresas y Forbes Latam, Capistrán se refirió al impacto negativo si se concreta un nuevo castigo para Pemex.

“La regla es que si dos calificadoras te quitan el grado de inversión, los fondos, que sólo pueden comprar bonos de grados de inversión, ya no te pueden comprar porque perdiste ese grado de inversión”.

Pero no sólo eso, una acción de ese tipo quitaría al Banco de México margen para reducir la tasa de interés referencial, un tema de especial interés para la administración de Andrés Manuel López Obrador.

La Junta de Gobierno del Banxico inició los recortes en agosto y desde entonces la tasa pasó de 8.25 por ciento a 7.0 por ciento la semana pasada, pero para Capistrán el fin de este ciclo "está ya muy cerca".

El lunes, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó que el banco central tiene espacio para seguir recortando tasas de interés, haciendo eco de las palabras del Presidente, que el viernes celebró el último ajuste del Banxico: "Esto ayuda porque hay mas posibilidad para la obtención de créditos, cuestan menos los intereses, e impulsa más el crecimiento económico".

El economista de Bofa que a mediados del año pasado fue uno de los primeros en referirse a la inminencia de una recesión técnica en México, atribuyó la fortaleza del peso a las altas tasas de interés en México. Los inversionistas van a donde hay más rendimiento, todo el mundo compra papeles mexicanos, está entrando dinero de portafolio, no de inversión para las fábricas, y eso tienen al peso donde lo tiene. Es un movimiento conocido como carry trade, por la tasa de interés, aunque los fundamentales económicos no estén bien.

Capistrán lo describe como subir por las escaleras y bajar por el elevador. México tiene ese riesgo y es difícil predecir cuándo se va a dar ese movimiento en el peso, "pueden ser tres meses o años, pero mientras más tiempo pase en darse, será mas brusco".

El mayor problema, señala Capistrán, es que la inversión está por los suelos y si no mejora, si las empresas no incrementan los flujos de capital, las altas tasa de interés ya no serán suficientes.

Después del castigo que le aplicó Fitch a mediados de 2019, Pemex está a punto de perder el grado de inversión de una segunda calificadora. La razón, explica Carlos Capistrán, economista en jefe de Bank of America Merril Lynch, es el bajo crecimiento de la econmía mexicana, que calcula sea de 0.5 por ciento en este año.

Capistrán prevé que el país conserve el grado de inversión por parte de Moody´s, aunque si la agencia decide bajar un solo peldaño la nota soberana la repercusión para Pemex sería perder el grado de inversión porque ya se encuentran apenas un nivel arriba de “basura”.

Esto, luego de que en junio de 2019, Moody's castigó la calificación de México con un cambio de perspectiva a negativa desde estable, aunque confirmó la nota en A3.

La siguiente evaluación de Moody's será a mediados de año, pero la calificadora ya expresó su preocupación por las repercusiones crediticias para Pemex por la contracción (de 0.1 por ciento) de la economía en 2019, la primera en 10 años.

En el caso de Fitch, a mediados del año pasado también degradó la calificación soberana, pero sin quitarle el grado de inversión. A Pemex le redujo la nota (de BBB- a BB+) y con ello la colocó en grado "basura".

En el Foro Perspectivas 2020, que realizó ayer la Asociación Nacional de Abogados de Empresas y Forbes Latam, Capistrán se refirió al impacto negativo si se concreta un nuevo castigo para Pemex.

“La regla es que si dos calificadoras te quitan el grado de inversión, los fondos, que sólo pueden comprar bonos de grados de inversión, ya no te pueden comprar porque perdiste ese grado de inversión”.

Pero no sólo eso, una acción de ese tipo quitaría al Banco de México margen para reducir la tasa de interés referencial, un tema de especial interés para la administración de Andrés Manuel López Obrador.

La Junta de Gobierno del Banxico inició los recortes en agosto y desde entonces la tasa pasó de 8.25 por ciento a 7.0 por ciento la semana pasada, pero para Capistrán el fin de este ciclo "está ya muy cerca".

El lunes, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, afirmó que el banco central tiene espacio para seguir recortando tasas de interés, haciendo eco de las palabras del Presidente, que el viernes celebró el último ajuste del Banxico: "Esto ayuda porque hay mas posibilidad para la obtención de créditos, cuestan menos los intereses, e impulsa más el crecimiento económico".

El economista de Bofa que a mediados del año pasado fue uno de los primeros en referirse a la inminencia de una recesión técnica en México, atribuyó la fortaleza del peso a las altas tasas de interés en México. Los inversionistas van a donde hay más rendimiento, todo el mundo compra papeles mexicanos, está entrando dinero de portafolio, no de inversión para las fábricas, y eso tienen al peso donde lo tiene. Es un movimiento conocido como carry trade, por la tasa de interés, aunque los fundamentales económicos no estén bien.

Capistrán lo describe como subir por las escaleras y bajar por el elevador. México tiene ese riesgo y es difícil predecir cuándo se va a dar ese movimiento en el peso, "pueden ser tres meses o años, pero mientras más tiempo pase en darse, será mas brusco".

El mayor problema, señala Capistrán, es que la inversión está por los suelos y si no mejora, si las empresas no incrementan los flujos de capital, las altas tasa de interés ya no serán suficientes.

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