/ jueves 18 de junio de 2020

Disruptores | Village Capital, democratizando el emprendimiento

El fondo de capital de riesgo, liderado en América Latina por Daniel Cossio, analiza los sectores que se volverán prioritarios en la era postcoronavirus


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Para Daniel Cossio, gerente regional para América Latina del fondo de riesgo Village Capital, si bien las incertidumbres aún son varias, una cosa permanece cierta: el emprendimiento a nivel mundial será una fuente de buenas noticias a pesar de una economía patas arriba.

“Cuando existen crisis se hacen más obvias las necesidades que existen. Y ahí es cuando entran los emprendedores a crear esos nuevos producto", platica.

De cara a un nuevo paradigma en el mundo de los negocios, Daniel explica hacia dónde se está moviendo el ambiente del venture capital, cuáles industrias resultarán más beneficiadas en el futuro y por qué el modelo de Village Capital, que busca democratizar el emprendimiento para la resolución de problemas reales, está haciendo más sentido que nunca.

Village Capital es uno de los más importantes fondos enfocados al desarrollo e inversión de startups en el mundo.

Con operaciones en 28 países, ha impactado a más de mil 100 emprendedores a los que ha brindado cursos en los que les enseña a desarrollar sus modelos de negocio, crear y manejar equipos de trabajo, interactuar con potenciales clientes y a conectar con los inversionistas.

Daniel Cossio, gerente en América Latina de Village Capital, prevé que las inversiones este año se mantengan en cifras similares a las de 2019 / Foto: Cortesía Village Capital

Con un enfoque basado en “la resolución de problemas”, Village Capital selecciona para sus cursos sólo a emprendimientos que pretendan aportar nuevas soluciones en tres pilares esenciales: sustentabilidad en la industria, salud financiera y futuro del empleo.

“Lo que hacemos es identificar startups que estén trabajando en problemas reales y los pasa por un programa de aceleración en donde los ayuda a estar listos para saber si necesitan o no inversión y si es así poder captarla”.

Según explica Daniel, al cierre de 2019, el año había figurado como uno récord en el ambiente del financiamiento de nuevas empresas basadas en tecnología; sin embargo, para febrero las noticias ya no eran tan halagüeñas, con fondos retraídos ante el riesgo por la pandemia y emprendedores obligados a repensar sus empresas.

“Esto se desaceleró por todas las noticias que surgían a raíz de la pandemia. Algunos emprendedores que iban a levantar su primera ronda de inversión tuvieron que parar sus planes, tuvieron que cambiar sus enfoques y modelos, especialmente si tenían que ver con alguna interacción persona a persona. Otros fondos tristemente se echaron para atrás, (...) son contados los fondos que siguen invirtiendo en emprendedores.

Lo que más necesitan los emprendedores hoy es apoyo económico y mayor capacitación y redes, entonces hicimos una migración a lo virtual

Se espera que entre octubre y noviembre ya se active otra vez todo esto, pero del lado de las inversiones probablemente quede en un monto similar al del año pasado. Es muy complicado que haya el boom que hubo de 2018 a 2019 en términos de asignación de capital”.

A pesar de estas malas noticias, Daniel explica que están surgiendo nuevas oportunidades en el panorama que los emprendedores, así como inversionistas, van a poder aprovechar, específicamente en las áreas de la salud y el futuro del trabajo.

Según cuenta, en Latinoamérica la tendencia general de nuevos emprendimientos había estado enfocada a atacar la baja bancarización de la población con nuevas formas de financiamiento mediante fintechs; sin embargo, la pandemia de Covid-19 dejó en claro la necesidad de ampliar la cobertura de servicios de salud entre personas vulnerables así como de servicios de prevención.

“Lo que estamos viendo es qué sectores que antes podían estar más aislados ahora se están mezclando, como financiamiento a la salud”, explica.

Por ejemplo, Village Capital ha lanzado una convocatoria para que startups enfocadas al cuidado de la salud y en la reducción de la obesidad, diabetes e hipertensión, males asociados a tasas más altas de mortandad por coronavirus, reciban financiamiento a fondo perdido para que continúen sus operaciones a pesar de la contingencia económica en el mundo.

En tanto, explica Daniel, ante la oleada de despidos masivos o pérdida de prestaciones, el ascenso del trabajo a distancia y una mayor demanda de servicios de delivery, se hace presente la necesidad de entregar soluciones enfocadas a las nuevas tendencias del mercado laboral.

Se espera que entre octubre y noviembre ya se active otra vez todo esto”

“Ya tienes distintas startups que se están enfocando en buscar maneras de darle un empleo formal a las personas que vienen de otros países o darle soluciones a sectores de la población abandonados que no tienen ningún tipo de seguro médico, financiero o en términos de prestaciones.

Los que se está viendo es que sí hay una forma de lanzar emprendimientos a sectores que antes se pensaba que no fueran tan masificables y con servicios digitales. Estamos esperando que los inversionistas entren (a estos nuevos modelos), y tendrán que ser fieles y aceptar el riesgo”, comenta el directivo.

Democracia y capital

Creado en 2009 por los inversionistas de riesgo Bob Patillo y Ross Baird, Village Capital se fundó bajo el concepto de la “democratización el emprendimiento", en el sentido de que el dinero destinado al desarrollo de nuevas empresas va a parar casi siempre al mismo tipo de manos para el mismo tipo de proyectos.

Según estadísticas de Village Capital, por ejemplo, sólo 15 por ciento del venture capital en el mundo va a financiar a mujeres emprendedoras, en tanto que en Estados Unidos apenas dos por ciento de las inversiones es para proyectos liderados por personas latinas o afroamericanas.

Asimismo, apenas 15 por ciento de los unicornios están enfocados a resolver problemas fundamentales como el acceso a la educación o salud, la seguridad alimentaria o el cambio climático.

“¿El resultado?, una monocultura en la tecnología. Los inversionistas dan miles de millones de dólares a aplicaciones para compartir fotos y servicios de entrega de alimentos que resuelven problemas sólo para una pequeña porción acomodada de la población mundial, mientras que los desafíos globales en salud, seguridad alimentaria y educación se vuelven cad vez más serios”, explica Village Capital a sus emprendedores.

Con esto en mente es que Village Capital decide invertir en nuevas empresas, no con base en lo que digan inversionistas, sino su propia comunidad de emprendedores, quienes mediante votación eligen a 12 empresas al año las cuales, piensan, son las que merecen ser financiadas.

El fondo describe esta visión como “una herramienta para cambiar la dinámica de poder al quitarle la última decisión a inversionistas en ciudades lejanas y dárselo a los emprendedores”.

En el portafolio de Village Capital figuran emprendimiento muy marcados en generar un beneficio social, como Bill Pocket, una solución punto de venta para pequeños comercios; Siembro, una plataforma que financia a granjeros; Mutuo, enfocada a financiar la compra o conversión de vehículos impulsados por gas natural; o ePesos, que se dedica a dar adelantos de nómina a trabajadores formales.

Foto: Cortesía Village Capital

De acuerdo con Village Capital, este enfoque ha tenido impactos reales en el mundo, pues las empresas en las que ha invertido y coacheado –80 por ciento de ellas fuera de California y Nueva Yorkhan proveído servicios de salud a 1.6 millones de personas de escasos recursos, generado 13 mil 400 empleos, aportado servicios financieros de bajo costo a 652 mil personas, y eliminado 72 mil toneladas de Co2 de procesos industriales con soluciones sustentables.

“El fondo de capital de riesgo tiene un enfoque distinto. Lo que trata de hacer es darle el capital a los emprendedores, que ellos tomen un rol de inversionistas y ellos, al trabajar en los problemas y conocer si una startup tiene potencial de crecimiento, deciden en quién se va a invertir. Entonces eso es lo que hacemos, democratizar el emprendimiento.

"Esto nos ha generado que 87 por ciento de estas startups sigan operando después de cinco años versus 15 por ciento de la industria. El modelo ha demostrado que al darle la decisión a un conjunto de emprendedores de distintos backgrounds ayuda a reducir el sesgo de decisiones, no se trata de hacer una inversión por hacer un análisis financiero y un pitch, sino que también escuches la historia del fundador y evalúes las oportunidades”, explica Daniel, aún en sus veintes.

Antes de unirse a Village Capital, Daniel trabajó para Major League Hacking, una organización global con sede en Nueva York que crea ecosistemas para que los estudiantes universitarios públicos y privados aprendan a codificar.

Graduado del Tec de Monterrey, el ITAM y la Universidad de Cambridge, fue fundador de OneWay, empresa que ofrecía información de seguridad de crowdsourcing en tiempo real para los peatones, la cual terminó por desaparecer.

Como Gerente Regional para América Latina en Village Capital, desde 2016 Daniel ha ayudado en la evaluación de modelos de negocios, proporcionando conexiones a inversores, socios potenciales y otros líderes de la industria a más de 80 startups y liderado siete programas de aceleración en América Latina.

A pesar de la pandemia del coronavirus, Daniel y su equipo no cesaron en este empeño y continuaron dando cursos online específicamente enfocados en la actualización de los modelos de negocios de nuevas empresas en México, Brasil, Ecuador, Colombia y Perú.

“Les ayudamos sobre todo a cómo ellos preparar con el efectivo que tienen una mejor administración por los próximos tres meses. Lo que más necesitan los emprendedores hoy es apoyo económico y mayor capacitación y redes, entonces lo que hicimos es una migración completa hacia lo virtual”.

Según explica, antes de la pandemia el mundo del venture capital ya atravesaba por un cambio de paradigma en la forma en la que empresas aún no probadas estaban siendo recibidas por el mercado al sobrevaluarlas, con el caso de WeWork como el estandarte de estos excesos.

Hoy, señala, el mercado es más sereno en sus decisiones.

“Se estaba generando una corriente en las que los emprendedores buscaban levantar capital para crecer de una forma muy acelerada, y este crecimiento les llevó a quemar recursos muy rápido y al final los inversionistas no tenían retorno alguno o se veían afectados.

Una cosa que ha cambiado en los últimos ocho meses es que los emprendedores han entendido que las valuaciones se tienen que hacer con un sentido de mercado a futuro pero que también se tienen que ver los números de la empresa el día de hoy. Se estaba generando una corriente del unicornio aquí en Latinoamérica que estaba llegando a ser peligrosa”.

En este contexto, Daniel asegura que es optimista, pues Village Capital no detendrá sus programas de asesoría e inversión, mientras que México permanece como un destino obligado para las startups de toda Latinoamérica a pesar de un contexto complicado en lo económico y lo político por su tamaño de población, retos por resolver y exposición al mundo.

“Estamos explorando otros ramos como son energía, vivienda, agua y agricultura aquí en Latinoamérica. Entonces es un año bastante activo, yo creo que hasta más que el año pasado, eso también va a raíz de que está teniendo mucha más atención a los emprendimientos como formas ágiles en que los corporativos pueden innovar. Los emprendedores con los que hemos hablado han hecho un pivot muy rápido y la verdad sí estamos muy optimistas en este sentido”.

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Para Daniel Cossio, gerente regional para América Latina del fondo de riesgo Village Capital, si bien las incertidumbres aún son varias, una cosa permanece cierta: el emprendimiento a nivel mundial será una fuente de buenas noticias a pesar de una economía patas arriba.

“Cuando existen crisis se hacen más obvias las necesidades que existen. Y ahí es cuando entran los emprendedores a crear esos nuevos producto", platica.

De cara a un nuevo paradigma en el mundo de los negocios, Daniel explica hacia dónde se está moviendo el ambiente del venture capital, cuáles industrias resultarán más beneficiadas en el futuro y por qué el modelo de Village Capital, que busca democratizar el emprendimiento para la resolución de problemas reales, está haciendo más sentido que nunca.

Village Capital es uno de los más importantes fondos enfocados al desarrollo e inversión de startups en el mundo.

Con operaciones en 28 países, ha impactado a más de mil 100 emprendedores a los que ha brindado cursos en los que les enseña a desarrollar sus modelos de negocio, crear y manejar equipos de trabajo, interactuar con potenciales clientes y a conectar con los inversionistas.

Daniel Cossio, gerente en América Latina de Village Capital, prevé que las inversiones este año se mantengan en cifras similares a las de 2019 / Foto: Cortesía Village Capital

Con un enfoque basado en “la resolución de problemas”, Village Capital selecciona para sus cursos sólo a emprendimientos que pretendan aportar nuevas soluciones en tres pilares esenciales: sustentabilidad en la industria, salud financiera y futuro del empleo.

“Lo que hacemos es identificar startups que estén trabajando en problemas reales y los pasa por un programa de aceleración en donde los ayuda a estar listos para saber si necesitan o no inversión y si es así poder captarla”.

Según explica Daniel, al cierre de 2019, el año había figurado como uno récord en el ambiente del financiamiento de nuevas empresas basadas en tecnología; sin embargo, para febrero las noticias ya no eran tan halagüeñas, con fondos retraídos ante el riesgo por la pandemia y emprendedores obligados a repensar sus empresas.

“Esto se desaceleró por todas las noticias que surgían a raíz de la pandemia. Algunos emprendedores que iban a levantar su primera ronda de inversión tuvieron que parar sus planes, tuvieron que cambiar sus enfoques y modelos, especialmente si tenían que ver con alguna interacción persona a persona. Otros fondos tristemente se echaron para atrás, (...) son contados los fondos que siguen invirtiendo en emprendedores.

Lo que más necesitan los emprendedores hoy es apoyo económico y mayor capacitación y redes, entonces hicimos una migración a lo virtual

Se espera que entre octubre y noviembre ya se active otra vez todo esto, pero del lado de las inversiones probablemente quede en un monto similar al del año pasado. Es muy complicado que haya el boom que hubo de 2018 a 2019 en términos de asignación de capital”.

A pesar de estas malas noticias, Daniel explica que están surgiendo nuevas oportunidades en el panorama que los emprendedores, así como inversionistas, van a poder aprovechar, específicamente en las áreas de la salud y el futuro del trabajo.

Según cuenta, en Latinoamérica la tendencia general de nuevos emprendimientos había estado enfocada a atacar la baja bancarización de la población con nuevas formas de financiamiento mediante fintechs; sin embargo, la pandemia de Covid-19 dejó en claro la necesidad de ampliar la cobertura de servicios de salud entre personas vulnerables así como de servicios de prevención.

“Lo que estamos viendo es qué sectores que antes podían estar más aislados ahora se están mezclando, como financiamiento a la salud”, explica.

Por ejemplo, Village Capital ha lanzado una convocatoria para que startups enfocadas al cuidado de la salud y en la reducción de la obesidad, diabetes e hipertensión, males asociados a tasas más altas de mortandad por coronavirus, reciban financiamiento a fondo perdido para que continúen sus operaciones a pesar de la contingencia económica en el mundo.

En tanto, explica Daniel, ante la oleada de despidos masivos o pérdida de prestaciones, el ascenso del trabajo a distancia y una mayor demanda de servicios de delivery, se hace presente la necesidad de entregar soluciones enfocadas a las nuevas tendencias del mercado laboral.

Se espera que entre octubre y noviembre ya se active otra vez todo esto”

“Ya tienes distintas startups que se están enfocando en buscar maneras de darle un empleo formal a las personas que vienen de otros países o darle soluciones a sectores de la población abandonados que no tienen ningún tipo de seguro médico, financiero o en términos de prestaciones.

Los que se está viendo es que sí hay una forma de lanzar emprendimientos a sectores que antes se pensaba que no fueran tan masificables y con servicios digitales. Estamos esperando que los inversionistas entren (a estos nuevos modelos), y tendrán que ser fieles y aceptar el riesgo”, comenta el directivo.

Democracia y capital

Creado en 2009 por los inversionistas de riesgo Bob Patillo y Ross Baird, Village Capital se fundó bajo el concepto de la “democratización el emprendimiento", en el sentido de que el dinero destinado al desarrollo de nuevas empresas va a parar casi siempre al mismo tipo de manos para el mismo tipo de proyectos.

Según estadísticas de Village Capital, por ejemplo, sólo 15 por ciento del venture capital en el mundo va a financiar a mujeres emprendedoras, en tanto que en Estados Unidos apenas dos por ciento de las inversiones es para proyectos liderados por personas latinas o afroamericanas.

Asimismo, apenas 15 por ciento de los unicornios están enfocados a resolver problemas fundamentales como el acceso a la educación o salud, la seguridad alimentaria o el cambio climático.

“¿El resultado?, una monocultura en la tecnología. Los inversionistas dan miles de millones de dólares a aplicaciones para compartir fotos y servicios de entrega de alimentos que resuelven problemas sólo para una pequeña porción acomodada de la población mundial, mientras que los desafíos globales en salud, seguridad alimentaria y educación se vuelven cad vez más serios”, explica Village Capital a sus emprendedores.

Con esto en mente es que Village Capital decide invertir en nuevas empresas, no con base en lo que digan inversionistas, sino su propia comunidad de emprendedores, quienes mediante votación eligen a 12 empresas al año las cuales, piensan, son las que merecen ser financiadas.

El fondo describe esta visión como “una herramienta para cambiar la dinámica de poder al quitarle la última decisión a inversionistas en ciudades lejanas y dárselo a los emprendedores”.

En el portafolio de Village Capital figuran emprendimiento muy marcados en generar un beneficio social, como Bill Pocket, una solución punto de venta para pequeños comercios; Siembro, una plataforma que financia a granjeros; Mutuo, enfocada a financiar la compra o conversión de vehículos impulsados por gas natural; o ePesos, que se dedica a dar adelantos de nómina a trabajadores formales.

Foto: Cortesía Village Capital

De acuerdo con Village Capital, este enfoque ha tenido impactos reales en el mundo, pues las empresas en las que ha invertido y coacheado –80 por ciento de ellas fuera de California y Nueva Yorkhan proveído servicios de salud a 1.6 millones de personas de escasos recursos, generado 13 mil 400 empleos, aportado servicios financieros de bajo costo a 652 mil personas, y eliminado 72 mil toneladas de Co2 de procesos industriales con soluciones sustentables.

“El fondo de capital de riesgo tiene un enfoque distinto. Lo que trata de hacer es darle el capital a los emprendedores, que ellos tomen un rol de inversionistas y ellos, al trabajar en los problemas y conocer si una startup tiene potencial de crecimiento, deciden en quién se va a invertir. Entonces eso es lo que hacemos, democratizar el emprendimiento.

"Esto nos ha generado que 87 por ciento de estas startups sigan operando después de cinco años versus 15 por ciento de la industria. El modelo ha demostrado que al darle la decisión a un conjunto de emprendedores de distintos backgrounds ayuda a reducir el sesgo de decisiones, no se trata de hacer una inversión por hacer un análisis financiero y un pitch, sino que también escuches la historia del fundador y evalúes las oportunidades”, explica Daniel, aún en sus veintes.

Antes de unirse a Village Capital, Daniel trabajó para Major League Hacking, una organización global con sede en Nueva York que crea ecosistemas para que los estudiantes universitarios públicos y privados aprendan a codificar.

Graduado del Tec de Monterrey, el ITAM y la Universidad de Cambridge, fue fundador de OneWay, empresa que ofrecía información de seguridad de crowdsourcing en tiempo real para los peatones, la cual terminó por desaparecer.

Como Gerente Regional para América Latina en Village Capital, desde 2016 Daniel ha ayudado en la evaluación de modelos de negocios, proporcionando conexiones a inversores, socios potenciales y otros líderes de la industria a más de 80 startups y liderado siete programas de aceleración en América Latina.

A pesar de la pandemia del coronavirus, Daniel y su equipo no cesaron en este empeño y continuaron dando cursos online específicamente enfocados en la actualización de los modelos de negocios de nuevas empresas en México, Brasil, Ecuador, Colombia y Perú.

“Les ayudamos sobre todo a cómo ellos preparar con el efectivo que tienen una mejor administración por los próximos tres meses. Lo que más necesitan los emprendedores hoy es apoyo económico y mayor capacitación y redes, entonces lo que hicimos es una migración completa hacia lo virtual”.

Según explica, antes de la pandemia el mundo del venture capital ya atravesaba por un cambio de paradigma en la forma en la que empresas aún no probadas estaban siendo recibidas por el mercado al sobrevaluarlas, con el caso de WeWork como el estandarte de estos excesos.

Hoy, señala, el mercado es más sereno en sus decisiones.

“Se estaba generando una corriente en las que los emprendedores buscaban levantar capital para crecer de una forma muy acelerada, y este crecimiento les llevó a quemar recursos muy rápido y al final los inversionistas no tenían retorno alguno o se veían afectados.

Una cosa que ha cambiado en los últimos ocho meses es que los emprendedores han entendido que las valuaciones se tienen que hacer con un sentido de mercado a futuro pero que también se tienen que ver los números de la empresa el día de hoy. Se estaba generando una corriente del unicornio aquí en Latinoamérica que estaba llegando a ser peligrosa”.

En este contexto, Daniel asegura que es optimista, pues Village Capital no detendrá sus programas de asesoría e inversión, mientras que México permanece como un destino obligado para las startups de toda Latinoamérica a pesar de un contexto complicado en lo económico y lo político por su tamaño de población, retos por resolver y exposición al mundo.

“Estamos explorando otros ramos como son energía, vivienda, agua y agricultura aquí en Latinoamérica. Entonces es un año bastante activo, yo creo que hasta más que el año pasado, eso también va a raíz de que está teniendo mucha más atención a los emprendimientos como formas ágiles en que los corporativos pueden innovar. Los emprendedores con los que hemos hablado han hecho un pivot muy rápido y la verdad sí estamos muy optimistas en este sentido”.

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