¿Qué sensaciones nos provoca pensar en el futuro? Las noticias, los estudios sobre el cambio climático, las crisis que está sufriendo el planeta, dejan en nuestra mente y cuerpo angustia que se nos va acumulando, quizás, por ello, evadimos pensar en el futuro.
Pero pensar el futuro es urgnete y lo podemos hacer de dos maneras, la primera es pensarlo de manera utópica y la otra, distópica, las dos se complementan y se alimentan. En la primera pensamos posibilidades casi irreales reflexionamos de manera especulativa sobre un mundo ideal. Por el otro lado, la Distopía es el término opuesto a utopía, en él imaginamos un mundo indeseable y lo encontramos recreado en infinidad de libros y películas enfocadas en el fin del mundo; pasando del los sitemadas ideales de repente se convierte en escenarios injustos e insoportables. El proceso utópico abre el camino para imaginar un futuro mejor, sirve también para sobrepasar la apatía y la resignación, en la distopía pensamos bajo principios apocalípticos que nos generan tanto miedo y/o enojo que plantean posiblidades para que movamos acciones presentes que alienten acciones para minimizar las efectos en el futuro.
Es importante abrir un espacio para pensar los posibles futuros y sobre todo cuestionar la gran responsabilidad y potencialidad que tenemos en nuestras decisiones diarias para afectarlo,
Arup qué es un colectivo de expertos en desarrollo sustentable, establecen que hay cuatro futuros divergentes, qué significan que están dentro de la posibilidad de suceder pero que, dependiendo de nuestras acciones actuales tendrán efectos dististos; siendo un eje la saludo planetaria y el segundo las condiciones sociales.
Dependiendo de qué enfoque privilegiemos: planetario sobre el humano, humano sobre el planetario, los dos o ninguno se configurará un escenario que quisiéramos vivir o evitar.
La manera en qué pensamos el futuro va a determinar nuestras acciones presentes, cada decisión que tomemos en nuestras hogares o empresas, se hagan de manera individual o colectiva, determinará la vida en este planeta. Urge desarrollar habilidades para pensar, soñar y proponer transiciones que nos lleven a los futuros que deseamos.
*Profesora Asociada de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, Tecnológico de Monterrey Campus Querétaro.
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