Desde el 18 de octubre, 20 entidades han regresado a la “normalidad” al pasar a color verde en el semáforo epidemiológico. Aunque siguen presentándose nuevos casos de COVID, cada vez más personas regresan a sus actividades presenciales con la consecuente demanda de bienes y servicios.
En el ambiente financiero debemos ver los indicadores de desempeño económico cuando pretendemos tomar decisiones de ahorro o financiamiento.
Si la intención es conseguir financiamiento los indicadores a valorar son la TIIE además de la prima de riesgo.
Ahora bien, si el objetivo es ahorrar se deben observar las ganancias en instrumentos libres de riesgo como los CETES. A estos cualquier persona puede acceder siempre y cuando tenga una cuenta bancaria para hacer movimientos en el portal Cetes Directo que ofrece un rendimiento ligeramente menor al 5% anual.
Antes de tomar cualquier decisión es importante considerar el contexto económico nacional.
Al cierre de septiembre la inflación llegó al 6.0% anual; esto significa que los ahorradores han obtenido tasas reales (rendimientos negativos) por su inversión si seleccionaron instrumentos de ahorro a corto plazo.
Con respecto al crecimiento económico en los últimos meses el panorama ha sido desalentador ya que, desde antes de la crisis sanitaria, nuestro país entró en una recesión económica.
Finalmente, en el ambiente de las inversiones productivas existe incertidumbre. Las modificaciones a las leyes son constantes y entorpecen la confianza para el desarrollo de nuevos proyectos. Basta con observar las acciones emprendidas contra el sector energético que amenazan la inversión extranjera y la productividad, también la confianza para atraer capital productivo. Este último es el que posibilita la creación de nuevos empleos con la consecuente oferta y demanda de bienes y servicios, incluidas las facilidades para el ahorro o bien, para otorgar financiamiento.
*Profesora de la Escuela de Negocios, Tec de Monterrey Campus Querétaro.