La división de análisis de la calificadora Moody's dijo el miércoles que si bien aún es pronto para que autoridades mexicanas puedan estimar los daños del potente sismo que azotó el martes a México, las cuentas públicas pueden verse impactadas dependiendo de los daños y del alivio financiero disponible.
El terremoto magnitud 7.1 que afectó a los estados centrales de Puebla, Morelos y Ciudad de México, principalmente, dejó al menos 225 muertos y decenas de estructuras afectadas, algunas de ellas que colapsaron totalmente.
"Aunque es demasiado pronto para que las autoridades tengan una estimación de los daños mientras continúan los trabajos de rescate, es cierto que la actividad económica en esos tres estados, y particularmente en la Ciudad de México, seguirá interrumpida por algún tiempo", dijo un documento de Moody's Analytics.
La agencia destacó que este fue el segundo gran terremoto en México en menos de dos semanas, luego de que el 7 de septiembre un sismo magnitud 8.1 sacudió los estados Chiapas y Oaxaca en el sur, dejando 98 fallecidos.
Tras el primer sismo de 8.1, el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo que México disponía de los recursos financieros necesarios para afrontar la contingencia, y espera que a comienzos de octubre se defina si México cumple con los parámetros de cobertura para hacer uso de un bono catastrófico que le facilitaría recursos por hasta 150 millones de dólares.
El poderoso sismo del martes ocurrió casualmente también el 19 de septiembre, fecha en la cual otro gran terremoto azotó la capital mexicana y otros estados hace 32 años.
La calificadora crediticia recordó que "durante el terremoto de 1985, la economía comenzó a contraerse en el cuarto trimestre y la recesión se extendió hasta 1986", pero agregó que "no está claro que la recesión se debió solo a los daños del terremoto ya que el país estaba sufriendo desequilibrios fiscales y de deuda.
El secretario de Hacienda prevé que este año por primera vez México cerrará con un superávit primario, así como una nueva caída en sus requerimientos de deuda pública para 2018.
Al presentar el proyecto de presupuesto para el próximo año, Meade elevó el pronóstico de crecimiento de 2017 a entre 2.0 y 2.6 por ciento, desde el rango previo de entre 1.5 y 2.5 por ciento.
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