Podemos cultivar e incorporar a nuestra vida algunos hábitos que inciden positivamente en la toma de decisiones económicas.
EVITE LAS COMPRAS COMPULSIVAS
El estrés y el mal humor suelen estar detrás de las compras impulsivas y decisiones financieras cuestionables, de las que a menudo nos arrepentimos, asegura Fauth-Bühler, neurocientífica y doctora en Psicología.
Un primer paso crucial es analizar nuestros patrones de consumo e identificar los factores (como la temporada de Rebajas en las tiendas) y las situaciones (salir de compras después de haber tenido “un mal día”) que incitan al gasto compulsivo, para así poder evitarlo.
AHORRE SIN AUTOPRESIONARSE
Para aliviar la presión del sistema de control cerebral a la hora de tomar decisiones conscientes de ahorro, conviene definir objetivos a largo plazo y usar las herramientas digitales que permitan automatizar el proceso para así evitar tomar decisiones sobre la marcha.
Existen herramientas que simplifican y automatizan el proceso de ahorrar, que, por ejemplo, transfieren regularmente una cantidad preestablecida de dinero o determinados excedentes a un espacio de ahorro designado por el cliente en su cuenta, según este banco.
MÁRQUESE OBJETIVOS REALISTAS
Es recomendable dividir los objetivos de ahorro en metas más pequeñas y formularlas de la manera más específica posible.
“Debido a un proceso de ‘refuerzo positivo’, es más probable que la persona repita el comportamiento que originó un éxito en los objetivos de ahorro, asegura Fauth-Bühler.