La vida diaria está llena de dificultades, obstáculos pequeños y grandes, que hay que aprender a sobrellevar o a superar y aunque no existe un manual que nos diga cómo tener la perfecta existencia, gracias a la “resiliencia”, podemos superar esas crisis, dificultades y pérdidas que se nos presentan.
El término resiliencia que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar o rebotar, tiene su origen en el mundo de la física y fue popularizada por el neurólogo, etólogo y psicoanalista Boris Cyrulnik.
Es una estrategia esencial que va mucho más allá del simple crecimiento personal: es una herramienta de vida, es ese trampolín que debe levantarnos en cada instante de flaqueza, en cada desánimo y, ante todo, en cada adversidad.
Por ello aquí te dejamos algunos tips para que empieces a profundizar y a potenciar mucho más en esta dimensión que nos da la resiliencia.
1. Siente tus emociones
No inhibas tus miedos, tus frustraciones, no escondas tu tristeza o tu rabia: canaliza todas estas emociones haciéndolas presentes primero y entendiéndolas después. Se trata de encontrar ese punto intermedio donde no permitir que ellas nos controlen ni obligarnos tampoco a esconderlas.
2. Recuerda un momento en que afrontaste una dificultad
Todos, a lo largo de nuestro ciclo vital, hemos sido héroes de la adversidad, hemos salido triunfantes de un instante complejo, de una decepción, de una encrucijada, de un abandono, una enfermedad o un contratiempo. Casi sin saber cómo, lo logramos. De nuestro interior surgió una fortaleza inesperada que hizo fácil lo difícil, que nos aportó recursos personales que no sabíamos que teníamos…
3. Sal a caminar
El ejercicio suave pero constante genera adecuados cambios en nuestro cerebro: libera endorfinas, nos aporta calma, nos ayuda a relativizar la realidad, a oxigenar el cerebro, a reducir el nivel de cortisol en sangre… Ese equilibrio interno mejora tus emociones y te permite también aprender a ser más resistentes y flexible.
4. Cultiva relaciones positivas
Tener alguien con quien hablar, alguien de nuestra confianza con quien compartir preocupaciones, con quien permitirnos abrir nuestro corazón sabiéndonos entendidos y respetados es, sin duda, una ayuda mágica en el día a día.
5. Tomate un día para ti
Disfruta de un día para ti sola, donde puedas conectarte contigo misma, con tus pensamientos y necesidades. Los espacios personales, privados y esos rincones que solo nos pertenecen a nosotros mismos son también bocados de salud de los que nutrirnos de forma regular.
6. Haz cosas que te aportan y te importan
Hacer algo que nos gusta, que nos identifica o que nos define es una forma de canalizar el estrés y de hacer frente uso de la resiliencia.
7. Escribe para potenciar tu resiliencia
Es un modo muy terapéutico de desahogar emociones, de ordenar ideas, de proyectar, de decidir, de aclarar la mente, de reflexionar y hallar esa necesitada intimidad con nosotros mismos.