Las retinas del ojo más delgadas representan los primeros signos de que una persona tiene un riesgo significativo de deterioro mental a futuro, reveló un estudio dirigido por la University College de Londres (UCL).
Durante el estudio que se llevó a cabo de 2006 a 2010, se evaluaron los datos de 32 mil personas, con edades entre los 40 y 69 años; cada uno fue sometido a una tomografía de coherencia óptica (OCT), que mide con precisión la anatomía de la retina, en particular, la capa de fibra nerviosa retiniana (RNFL).
Al mismo tiempo, los colaboradores se sometieron a una serie de pruebas cognitivas básicas que evaluaron la memoria, el tiempo de reacción y el razonamiento; después se repitieron las pruebas cognitivas y de OCT en un subconjunto de participantes (2013).
Tras evaluar los datos, los investigadores encontraron una asociación significativa entre el grosor de la retina y la función cognitiva.
En un comunicado emitido por la institución, el co-autor principal del estudio, Paul Foster, mencionó que este es el primer estudio en el que se identifica una RNFL delgada como riesgo de deterioro cognitivo a futuro.
“Es bien sabido que hay cambios degenerativos significativos en la retina y los nervios ópticos en la demencia establecida. Al llevar a cabo este estudio, nuestra principal motivación fue determinar si la relación de la RNFL y la cognición se mantenía verdadera en las primeras etapas del deterioro cognitivo”, sostuvo.
Afirmó que los hallazgos sugieren que las anormalidades retinianas, identificables en la demencia establecida, comienzan a manifestarse en las primeras etapas del declive cognitivo.
Sin embargo, es probable que los tratamientos sean más efectivos para ralentizar o detener aún más el inicio de la demencia en etapas más tempranas de la enfermedad.
“Creemos que las medidas de tomografía de coherencia óptica de la retina ayudarán a identificar a las personas con mayor riesgo de cambios cognitivos muy tempranos. Esto, a su vez, ayudará a desarrollar mejores ensayos clínicos y a aplicar nuevos tratamientos más rápidamente a los pacientes”, resaltó.
Los especialistas sugieren que las personas se realicen pruebas oculares de forma regular para ayudar a identificar en etapa temprana y así mandar tratamiento adecuado para frenar o detener la aparición de demencia.
Ante estos resultados, el Instituto de Oftalmología de la UCL investigará la relación entre todas las capas de la retina y la función cognitiva, y si otras características del ojo o la visión pueden estar relacionadas de manera similar con el deterioro cognitivo.