Una de las principales afecciones que se presentan entre los adolescentes es la pediculosis en el cuero cabelludo, ocasionado por el préstamo de artículos como peines, gorras, sombreros y contagioso, y a veces, por solo juntar cabeza con cabeza al momento de tomarse una foto.
De este modo lo expuso la doctora María Isela Rodríguez Soto, quien argumentó que, las infestaciones de manera reciente, se han dado sobre todo en la etapa secundaria y en mujeres, y no tanto en las primarias como anteriormente se da, y que, si no se le da un tratamiento a base de un shampoo especial y repelentes, las afectaciones al cuero cabelludo pueden ser graves llegando a la descamación.
“Tan solo los casos que han llegado aquí al consultorio, son de chicas de entre 11 y 15 años, claro que hay de menor edad como de niños que van al preescolar y que me dicen que hay brotes de hasta 10 niños, más ahora que regresaron a las aulas. Se les debe dar un seguimiento con acciones cutáneas o a veces se llega a la medicación”.
Exhortó a los padres de familia que cuando se percaten de picazón en la cabeza de los menores, lo mejor es verificar meticulosamente si hay rastros de liendres, que son bolitas que van de transparentes a café, mismas que posterior se convierten en piojos.
“En este caso si se puede dar un diagnóstico previo a recibir la atención medica porque son muy visibles los insectos, se deben atender rápido porque se reproducen muy veloz, una ninfa puede poner hasta 8 huevecillos en un día y los pijos viven hasta 30 días alimentándose de la sangre del paciente”.
LIDIAR CON PIOJOS
Para la señora Juana Barrón los piojos en la cabeza de sus dos pequeñas hijas, ya son cosa del pasado, por el momento, sin embargo, recordó que, hace por lo menos dos meses, vivió un suceso penoso, puesto que ambas se llenaron de insectos tras haberse contagiado, presuntamente en la escuela.
“Un día llegaron de la escuela y observé que una de ellas, la de cuarto año, se rascaba atrás de las orejas, de inmediato compré un shampoo, pensando que ahí terminaba todo, cuando la cepillé me di cuenta eran cientos de piojitos, como duerme con su otra hermana, vi y también tenía liendres”.
Esta situación se la reveló a la maestra, y se percataron de un brote de por lo menos seis menores, por lo que algunas de las mamás optaron por llevarlas a una clínica de San Juan del Río, en la que les expidieron un certificado de NO PIOJOS para volver a la escuela.
“Es penoso, la doctora nos dijo que, no necesariamente salen por suciedad, sino que los piojos prefieren cabezas limpias para alimentarse, es algo por lo que no queremos volver a pasar y estamos pendientes de las cabezas de las niñas”, concluyó.