Hace más de 2 años, Emerson comenzó a sentirse demasiado cansado, situación que mermó su vida diaria, pues ya no le sobraban energías para continuar con sus actividades cotidianas. En ese entonces, él no lo sabía, pero este era uno de los primeros síntomas del padecimiento que le sería diagnosticado más adelante.
Tiempo después, al cansancio se unió una sensación de piquetes o dolor en el lado superior derecho del abdomen. Dichos malestares prendieron las alarmas, pues nunca había sentido algo igual. Acudió con un especialista y tras una serie de exámenes le diagnosticaron hígado graso no alcohólico. Para ese entonces, Emerson pesaba 120 kilogramos, uno de los factores que influyó para que desarrollara esta afección.
Cuenta que tras el diagnóstico su vida tomó un giro radical, especialmente en sus hábitos alimenticios. El especialista le ordenó que su dieta cambiaría por completo, ya no podía consumir productos derivados de harinas, evitaría las carnes rojas por completo, los alimentos con alto contenido de grasas saturadas quedarían totalmente prohibidos y el consumo de alcohol sería cero.
A la dieta se unieron rutinas diarias de ejercicio para perder peso y hacer que el padecimiento no avanzara y se complicara. A sus 33 años, afirma que todos estos cambios resultaron difíciles en un inicio, pues fue un cambio por completo del paradigma que se seguía en su vida diaria. Además, dice que en ocasiones en momentos le produce estrés mantener un régimen tan estricto.
“Cambia sobre todo la forma de alimentarse, evitas carnes, productos derivados de harinas, productos con alto contenido de grasa saturada, reduces el consumo de alcohol. Es complicado, porque es un giro a tus hábitos y creencias, combinar el trabajo, ejercicio y alimentación. También te genera estrés el saber que tienes que cuidarte para no empeorar tu salud”, señala.
Aunado a las dietas y ejercicio, su tratamiento se apegó a la ingesta de Vitamina “E” y Omega 3. Afirma que este padecimiento no solo cambió su vida, sino también la de su familia, pues cambiaron sus hábitos, teniendo una alimentación sana y responsable. Hoy, Emerson pesa 95 kilogramos y aunque sigue con un índice de masa corporal que indica sobrepeso, continúa trabajando para mejorar.
Enfermedad multifactorial
Derivado de un constante incremento de personas con este padecimiento, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo ha categorizado ya como un problema de salud pública internacional, afirma la nutrióloga, Estefanía Perusquía Cano.
Detalla, que este padecimiento es multifactorial, es decir, existen varias causas para que aparezca. Explica que entre los principales motivos se encuentran la obesidad, el alto consumo de productos industrializados, así como de alimentos saturados en azúcares y grasas; incluso el sedentarismo y la nula actividad física.
Asegura que si bien esta enfermedad por lo general no presenta síntomas, cuando aparecen suelen incluir malestares como cansancio, fatiga, dolores de cabeza, mareos y molestias abdominales.
“Realmente, esta enfermedad se da en cualquier tipo de edades, pero tienen mayor factor de riesgo las personas con hipertensión, diabetes mellitus, las personas con obesidad y con enfermedades cardiovasculares. Cabe resaltar que actualmente no hay un medicamento para el hígado graso, pero la parte de la alimentación es lo que más le va a ayudar al paciente para controlar la enfermedad, no se cura como tal, simplemente se va controlando”, subraya.
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Finalmente, puntualiza que para sobrellevar este padecimiento, es necesario mantener una dieta rica en frutas, verduras y carnes blancas; así como reducir la ingesta de café y bebidas alcohólicas. Además, enfatiza, es indispensable realizar ejercicio, al menos 60 minutos diarios, en el caso de adultos.
