¿Ganas de ir al baño? ¡No te aguantes!

Si eres de las personas que se aguanta las ganas de ir al baño, ya no lo hagas, estas son las razones

Daniela Ocampo | Diario de Querétaro

  · sábado 27 de enero de 2024

Foto: Cortesía | Vecislavas Popa

Ir al baño es una acción que hacemos todos los seres humanos todos los días y es una función de nuestro cuerpo esencial para la salud.

La frecuencia con la que queremos ir depende de diversos factores, te compartimos lo que le pasa a tu cuerpo si te aguantas las ganas de ir al baño.

Se considera normal orinar hasta 7 veces al día, esto de acuerdo con Blanca Madurga, miembro de la Asociación Española de Urología (AEU), quien señaló que el excesivo consumo de líquidos podría aumentar la frecuencia con la que vamos al baño.

La experta compartió lo grave que es aguantarse las ganas de ir al baño; almacenarla de forma excesiva y por un tiempo prolongado puede generar el crecimiento de bacterias, lo que aumenta significativamente el riesgo de contraer infecciones urinarias.

Madurga asegura que aguantarse las ganas de ir al baño hasta el límite, conlleva un sobredistensionamiento del reservorio vesical, esto genera una presión adicional en sus estructuras.

Si te aguantas las ganas de ir al baño, puedes experimentar estas consecuencias:

1. Distensión de la vejiga: Si retienes la orina, la vejiga se distiende para acomodar la acumulación de líquido, esto puede afectar la capacidad de la vejiga para contraerse de manera eficiente.

2. Estreñimiento: Si retienes las heces, el agua de las heces se absorbe gradualmente en el colon, lo que puede llevar al estreñimiento.

3. Presión en la región pélvica: Al retener la orina o las heces, puedes experimentar presión en la región pélvica, lo que a veces se asocia con molestias o dolor.

4. Riesgo de infecciones: Retener la orina puede aumentar el riesgo de infecciones del tracto urinario.

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5. Daño al músculo del suelo pélvico: A largo plazo, retener con frecuencia las ganas de ir al baño puede afectar los músculos del suelo pélvico, que son importantes para el control de la vejiga y el recto.