Combinar tonos oscuros y claros para estilizar y restaurar tus facciones es la técnica de maquillaje que está de moda y es conocida como contouring. Es casi un arte y requiere de práctica y algunos sencillos trucos para un resultado perfecto y que luzcas como celebridad.
Paulina Medina Caballero, maquillista y estilista independiente, comentó que la clave es saber qué partes de tu rostro quieres destacar y qué otras quieres disimular para un acabado natural.
Conviértete en una experta de esta técnica siguiendo el paso a paso que nuestra entrevistada nos comparte y descubre cómo puedes cambiar tu rostro en solo unos minutos.
TUS HERRAMIENTAS
Para comenzar con esta técnica de maquillaje son indispensables los siguientes elementos:
Primer:
Acondiciona tu piel, nivela el PH, cierra los poros y ayuda a que el maquillaje dure más tiempo.
Base de maquillaje:
Tiene que ser un tono igual o semejante a la pigmentación de tu piel.
Iluminador y contorneador en crema:
Uno de tono oscuro (contorneador), el cual debe ser dos tonalidades más oscuro que el color de tu pigmentación, es decir, café y otro (Iluminador) de tono claro que será beige.
Brochas: Es indispensable que sean especiales para aplicar la base, el contorneador, el iluminador, el polvo traslúcido, así como para difuminar; una para el iluminador y otras para el contorneador.
La brocha para base es plana, se caracteriza por tener un cabezal con pelo tupido que funciona tanto con productos en polvo como con líquidos y dejará un acabado natural; aunque si lo prefieres también puedes utilizar una tipo mofeta que combina pelo natura con sintético, blanco y negro para un acabado más ligero.
En cambio, las brochas para aplicar y difuminar el iluminador y el contorneador son de diferentes tamaños, cada una destinada para la parte del rostro que deseas corregir. Las brochas para difuminar, se caracterizan por tener el pelo largo y suave y la punta plana para difuminar bien el producto y que se integre con la piel.
La brocha para polvos es con cabezal grande, redondeado, pelo largo y suelto para abarcar zonas amplias del rostro, ideales para sellar el acabado de tu base de maquillaje y evitar los brillos.
La esponja facial es opcional, dependiendo cómo difumines y utilices tu maquillador a la hora de practicar sobre tus facciones.
Antes de comenzar, Paulina Medina señala que debes tener en cuenta que las tonalidades oscuras se aplican en las zonas que quieres disimular imperfecciones o que no te gusten y los tonos claros en las que quieras resaltar.
Una vez que tienes todo lo que necesitas y sabes en qué zonas aplicarás el contorneador (la tonalidad oscura) y en cuáles el iluminador (la tonalidad clara), sigue paso a paso los 7 puntos descritos en nuestro recuadro con la recomendación de la ex- perta sobre cómo marcar de manera profesional todos los contornos que quieras resaltar, desde los pómulos hasta la barbilla.
CARAS VEMOS...
Alargada:
Para acortar el rostro aplica el tono oscuro en el nacimiento del pelo y la mitad inferior de la barbilla. Después marca el pómulo en horizontal de mitad de la mejilla hacia las orejas. Marca el efecto, iluminando el entrecejo y la parte alta del hueso del pómulo en paralelo a la línea horizontal que dibujaste.
Redonda:
El objetivo es crear ángulos y adelgazar el rostro. Para ello aplica el tono oscuro sobre tus sienes para alargar tu frente. Luego afina tus mejillas aplicando el mismo tono de la mitad de la mejilla hacia la sien, siempre de modo ascendente. Con el iluminador destaca la parte alta del hueso del pómulo en paralelo a la línea de con- torno antes creada; y haz un trazo vertical sobre el caballete de la nariz para alargar el rostro.
Cuadrada:
El objetivo es suavizar los contornos y para ello debes esculpir ambos lados de tu frente hacia las sienes e iluminar el centro de tu frente para llevar la atención a esa zona del rostro. Después aplica un toque de tono oscuro sobre el hueso de la mandíbula para hacerla más ovalada e ilumina la parte alta de tu pómulo para que se vea más prominente que la mandíbula.
RECOMENDACIONES
1. Estudia tu rostro: Es el paso más importante, ya que sabiendo qué tipo de cara tienes, sabrás qué zonas tienes que resaltar y cuáles disimular.
2. “Primer”: Aplica en todo el rostro para acondicionar tu piel y nivelar tu PH. Déjalo secar un minuto.
3. Base de maquillaje: Unifica tu rostro con la base que utilizas habitualmente con ayuda de la brocha especial.
4. Iluminador: Aplica el tono claro en las zonas de hueso como pómulo, debajo de las cejas, tabique de nariz, frente, barbilla y comisura de los labios.
5. Contorneador: Aplica el tono oscuro en sienes, debajo de los pómulos para marcarlos y bajo la mandíbula para definir el óvalo facial.
6. Difumina: Con la ayuda de las brochas especiales o la esponja, suaviza cuidadosamente cada trazo que marcaste, primero el claro y luego el oscuro de arriba hacia abajo, de tal forma que se fundan y tengan un acabado natural.
7. Sella la base: Con una brocha aplica el polvo traslúcido en la zona más hundida de las mejillas, marcando los pómulos y de forma ascendente hacia el nacimiento del pelo y la sien.
