Dentro de las precauciones que la gente y las autoridades están tomando en todo el mundo con el fin de evitar contagio de Covid-19, está el uso de cubrebocas, mascarillas, guantes, toallas desinfectantes, tos estos productos desechables, y esto al igual que en otras partes del mundo comienza a ser un problema visible en nuestro entorno.
Gran parte de la basura que se deshecha normalmente por la población mundial va a dar al mar, de igual manera los cubrebocas, Gary Stokes, fundador del grupo ecologista Oceans Asia, señaló que encontraron aproximadamente 70 máscaras desechadas en un tramo de 100 metros de playa en las islas Soko, en Hong Kong, China.
Cada vez es más común ver este tipo de deshechos por las calles, objetos que están fabricados de polipropileno, un tipo de plástico de lenta descomposición, las toallas desechables no son biodegradables y pueden tardar hasta un centenar de años en deshacerse, mientras que el látex de los guantes puede tardar hasta 450.
De igual manera estos deshechos no solo representan un nuevo elemento de contaminación, pueden estar potencialmente contaminados con el Covid-19, “la gente cree que se protege a sí misma, pero no se trata solamente de una cuestión individual, hay que proteger a todo el mundo, no deshacerse de la mascarilla de forma adecuada es muy egoísta”, Tracey Read, fundadora del grupo “Plastic Free Seas” en Hong Kong.
Las personas se ponen guantes y cubrebocas antes de salir a las calles, de subirse al trasporte público o de entrar al centro comercial a realizar sus compras, muchas de ellas los desechan sin importar donde estén, al no hacerlo responsablemente, ponen en riesgo la salud de quienes manejan la basura y limpian las calles.