Los elevados niveles de contaminación ambiental a los que están expuestos los habitantes de las ciudades con una deficiente calidad del aire, no solo producen alteraciones nocivas en la piel y en el sistema respiratorio, sino que influyen de modo similar en nuestra salud capilar, según el Hospital Capilar (HC).
La contaminación ambiental se impregna en nuestro cuero cabelludo, reduciendo la capacidad de intercambio gaseoso en nuestra piel y afecta la salida de los conductos sebáceos, explica el doctor Alberto Sánchez, de la clínica HC.
Añade que las partículas contaminantes del aire que entran en contacto con el cuero cabelludo también pueden favorecer la aparición de dermatitis o de caspa y hacer que el cabello se vuelva más quebradizo, tienda a resecarse y pierda su brillo y sedosidad habituales.
Los expertos de HC recomienda lavar y cepillar el pelo con frecuencia para arrastrar la suciedad y las sustancias contaminantes que se acumulan en el cuero cabelludo, y usar champús y acondicionadores nutritivos, adaptados a cada tipología capilar y que mejoren la falta de hidratación.
Asimismo, se deben usar con moderación los secadores y planchas y graduar correctamente su temperatura e intensidad, ya que el uso excesivo de estos aparatos puede dañar la raíz del cabello, conllevando una posterior rotura del mismo, aconsejan.
Por otro lado, desde Hospital Capilar recomiendan seguir una dieta equilibrada, fomentando la ingesta de frutas y verduras para el aporte de vitaminas y minerales, y rica en hierro y omega 3, dos componentes que se encuentran, entre otros alimentos, en las legumbres y el pescado.