Las propiedades del aceite de almendras dulce, totalmente puro y prensado en frío son enormes. Hay que destacar que contiene grasas monoinsaturadas, ácidos grasos esenciales como el Omega 3 y 6, además de contener antioxidantes, vitamina E, B1 y B6, todas muy importantes para el cuidado de la piel y el cabello, para su regeneración y mantenimiento.
Estudios publicados en Salud Natural, refieren que es perfecto para la piel ya que aporta hidratación natural, además de nutrirla.
Es antiinflamatorio y sirve para tratar todo tipo de afecciones cutáneas, desde acné hasta cicatrices.
A decir del estudio se le atribuye el mejoramiento de la elasticidad, lo cual ayuda a suavizar las arrugas.
Se puede utilizar como protector solar, gracias a los principios activos que mejoran la reacción y absorben los rayos solares.
Revitaliza y suaviza el cabello, así como el cuero cabelludo.
Se utiliza para evitar las estrías, esto vale también para las personas con sobrepeso y que están llevando a cabo una dieta para adelgazar, por lo tanto los dermatólogo recomiendan que después del baño se utilice por todo el cuerpo, principalmente brazos, glúteos, el tronco y barriga.
Hacer aceite de almendras casero y cien por ciento natural es muy sencillo, Anabel Ortega, sanadora y experta en herbolaria explica que se necesita 1 kilo de almendras, entre más maduras estén mejor. Lavarlas bien y dejarlas secar, retirar el exceso de humedad con papel de cocina y ponerlas a secar al sol o si se quiere acelerar el proceso se pueden meter al horno evitando que se tuesten.
En un procesador, licuarlas hasta que quede como una pasta, lo más molido posible, en una sartén caliente, agregar las almendras molidas a fuego bajo, revolver constantemente hasta que el aceite comience a salir.
Cuando esté listo, con ayuda de un colador muy fino o de café, comenzar a colar el aceite y a disfrutarlo.