En esta bonita temporada, los hogares se visten de alegría y festividad y por supuesto existen varios elementos de esta época que no pueden faltar, como el nacimiento que es la representación de la llegada del niño Jesús, un escenario lleno de naturaleza en donde muchos suelen usar musgo o heno como decoración.
El heno y musgo eran elementos clave para usar cuando colocan el nacimiento, sin embargo, haciendo conciencia ambiental, surgen razones convincentes para reconsiderar esta tradición arraigada.
La extracción masiva de estos elementos naturales está dejando rezagos en nuestros bosques y afectando a innumerables especies que dependen de ellos para sobrevivir.
Anualmente, se extraen alrededor de 50 toneladas de musgo y una cantidad similar de heno, contribuyendo significativamente al deterioro de hábitats naturales.
El heno, ese forraje delgado y grisáceo que adorna los nacimientos, desempeña un papel crucial en la ecología forestal. Actúa como un captador de humedad, almacenando agua de lluvia y manteniendo el equilibrio hídrico en los bosques. Su eliminación descontrolada podría desencadenar desequilibrios ambientales y afectar la vida de numerosas especies vegetales y animales.
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El musgo es esencial para mantener la salud de diversos ecosistemas. Vive en una amplia gama de entornos y desempeña un papel vital en la reducción de la erosión del suelo. Además, proporciona nutrientes esenciales para las plantas huéspedes y sirve como refugio para pequeños animales, desde insectos hasta colibríes.