En los últimos días se escucha fuertemente el nombre de Kane Tanaka pues con sus 118 años será la encargada de llevar la antorcha olímpica, cuando pase por Shime, en la prefectura de Fukuoka, rumbo a los Juegos Olímpicos; se tiene pactado que lleve el símbolo en silla de ruedas y acompañada en todo momento de la persona que la cuida.
Pero más allá de esta acción la longeva mujer tiene una historia de lucha y superación.
Nacida el 2 de enero de 1903 fue prematura y la séptima de nueve hermanos. Su primer lucha fue cuando en 1922 es obligada a contraer matrimonio con un hombre muchos años mayor que ella y al cual nunca había visto, según relata en entrevista para el CONFIDENCIAL, tuvo cuatro hijos y adoptó uno más, sólo le sobreviven dos; pero este episodio lo convierte de algo malo a lo mejor que le pasó en su vida, pues para ella sus hijos fueron su motor para superarse y salir adelante.
Kane quién ha visto pasar guerras, pandemias, se enfrentó a lo que considera la prueba más grande superar el cáncer de colon que padeció cuando tenía 103 años, "pensé que era mi final" contó
Hoy en día se encuentra en una casa de reposo donde continúa haciendo ejercicio y pasa el tiempo realizando cálculos y jugando a Reversi, a decir de sus cuidadores, cuenta con muy buen apetito y le gusta el chocolate y beber Coca-Cola. Tanaka comparte el secreto de su longevidad "comer deliciosa comida y estudiar"; es apasionada de las matemáticas y la caligrafía.
Su nieto Eiji, de 61 años, asegura que la anciana es feliz y se divierte todos los días: "Es una situación difícil debido a la pandemia de coronavirus, pero Kane está bien".
Su más grande sueño es viajar a Estados Unidos, donde tiene parte de su familia y poder abrazarlos, cuestión que debe esperar hasta que pasen los Juegos Olímpicos y sea la portadora del fuego.
A decir de su nieto esto la mantiene viva y con una gran esperanza, misma que quiere transmitir al mundo sobre todo en estos tiempos que la Covid-19 ha causado estragos en el ánimo de la gente.