Como bien lo expresara Guadalupe Loaeza en su libro titulado “Primero compro y luego existo” es la frase perfecta para un comprador compulsivo.
Ser comprador compulsivo es uno de los trastornos más graves en la sociedad actual, ya que culturalmente se promueve que tener bienes materiales nos hace sentir mejor e incluso más atractivos.
Pero, ¿Cómo identificar si eres comprador o compradora compulsiva?
Si alguna vez has sentido muchas ganas de comprar algo e incluso experimentaste ansiedad, y al obtenerlo sientes euforia y posteriormente una gran culpa y caes en la depresión, es probable que seas un comprador o compradora compulsiva.
El porcentaje de mujeres que sufren este padecimiento es mayor con respecto al de los hombres. Ellas suelen comprar ropa, zapatos o música, mientras que los varones todo lo relacionado con gadgets y aparatos electrónicos.
Actualmente, los manuales psiquiátricos no incluyen la compra compulsiva (oniomanía) como una enfermedad, pero ésta es muy parecida neurobiológicamente a lo que es el juego compulsivo que sí se considera una conducta adictiva.
De acuerdo a la UNAM Global, este comportamiento puede darse como una respuesta ante emociones primarias como la venganza y aburrimiento. Se acentúa, por ejemplo, en épocas decembrinas.
La adicción es una enfermedad crónica y recurrente del cerebro, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de sustancias a pesar de sus consecuencias nocivas.
Es por ello que la compra compulsiva se vincula con la adicción porque la característica en común es la impulsividad, además de relacionarse con depresión, ansiedad y conductas antisociales.
En el diagnostico de esta enfermedad patológica, es importante saber que las personas con este trastorno sienten preocupación al no poder comprar, perdiendo tiempo para realizar otras actividades.
Debido a la gratificación inmediata que implica el comprar nuevos objetos, el individuo con este trastorno tiene una personalidad neurótica, además de experimentar alteraciones cognitivas que afectan su toma de decisión.
Los compradores compulsivos deben acudir a terapia cognitiva conductual y, en algunos casos, es necesario un tratamiento para nivelar las sustancias en su cerebro.