Más de seis millones de abejas fueron sacrificadas en la costa este de Australia esta semana, informó un funcionario el miércoles, en un intento de eliminar un parásito devastador que continúa propagándose a pesar de un bloqueo de las colmenas.
Se destruyeron 600 colmenas desde que se detectó el ácaro "varroa destructor". Cada una de las colmenas contenía entre 10.000 y 30.000 abejas, indicó el ministro de agricultura de Nueva Gales del Sur, Dugald Saunders.
"Son muchas abejas", dijo, señalando que es probable que el número crezca.
El ecologista abejero Jay Iwasaki de la universidad de Adelaida describió los pequeños ácaros varroa, de color rojo-marrón, como "pequeños vampiros" que se alimenta de abejas melíferas.
También pueden propagar "algunos virus muy graves" a través de las colonias de abejas melíferas, que no son nativas de Australia, pero son vitales para la industria agrícola del país, precisó.
Australia es el único país productor de miel donde el ácaro no es endémico, lo que provocó una inmovilización de las colmenas después de que fuese detectado en la frontera del país a principios de esta semana.
Las colmenas dentro de un radio de 10 kilómetros de cuatro zonas donde se encontraron ácaros varroa deben ser destruidas, mientras que los cuidadores en otras partes de Nueva Gales del Sur no podrán mover colmenas, abejas, miel o panal hasta nuevo aviso.
El departamento de Industrias Primarias del estado dijo que las medidas tenían como objetivo "asegurar la erradicación del parásito".