La acumulación de residuos sólidos urbanos (RSU) es un problema global, y al ser un asunto de impacto ambiental, resulta imperativo contribuir a fomentar un mejor espacio para las futuras generaciones.
De acuerdo a cifras de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la generación de RSU llegó a 53.1 millones de toneladas, 61.2 por ciento más respecto a 2003, lo que significa que cada habitante genera 1.2 kilogramos al día, es decir, 438 kilogramos al año.
En un comunicado, la firma TECMED, especializada en procesos de gestión integral de residuos detalló que la basura producida por los habitantes de las urbes aumenta a gran velocidad, como consecuencia de tirar materiales que se utilizan en las actividades domésticas (envases, embalajes o empaques).
Indicó que la mayoría de las sociedades modernas logran su desarrollo sin controlar de manera adecuada las presiones ambientales generadas en su entorno, el cual se ha forjado mediante procesos y actividades que llevan implícitos la producción de una gran cantidad de residuos.
Entre ellos, crecimiento urbano, desarrollo industrial, modificaciones tecnológicas y el cambio en los patrones de consumo de la población, entre otras.
Y es que los países con economías más desarrolladas pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), generan más RSU que el resto de la población mundial.
En 2010 cerca de 44 por ciento de los RSU producidos en el planeta corresponden a los integrantes de la OCDE; donde Latinoamérica y el Caribe contribuyeron con 12 por ciento del total, detrás de los países que integran las regiones del Pacífico y del este de Asia, con 21 por ciento.
Mientras que datos de la publicación “Qué pasa con los residuos, una revisión global del manejo de desechos sólidos”, editado por el Banco Mundial, muestran en 2012 la cifra de RSU se ubicó en mil 300 millones de toneladas diarias, pero para 2025 podría llegará a dos mil 200 millones.
Sin duda la acumulación de residuos se ha convertido en un problema global y la mejor alternativa para atacar la situación es desde nuestros hogares; ya que, al ser un asunto de impacto ambiental, resulta imperativo contribuir a fomentar un mejor espacio para nuestras futuras generaciones.