La orquídea es una de las plantas con flor de las más bonitas y que se convierte en la joya de la corona entre la colección de cualquier persona amante de la jardinería. Sin embargo, hay que saber qué cuidados específicos necesita, sobre todo, en cuanto al riego y la luz, pues a decir del portal en Internet Verdecora, es la luminosidad lo que esta planta, necesita y con ello pueda crecer y florecer correctamente llegado el momento, por lo que habrá que colocarla en un sitio donde reciba mucha, pero sin que el sol le dé directamente.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que, para estas plantas, es igual de dañina la falta de agua que el exceso de ella. Ya que regarla en abundancia puede provocar la aparición de hongos o que se pudran las raíces por encharcamiento.
Por lo que hay que cuidar que se tenga un buen sistema de drenaje y saber cuánto agua hay que darle.
La orquídea es una planta tropical, pero no por ello significa que necesita abundante riego, ya que estas plantas se abastecen de la humedad atmosférica, por lo que necesitarán un ambiente húmedo.
Contar con un humidificador o un brumizador es vital para tener esta planta cuando se vive en un clima muy seco. También se puede usar un cuenco de agua cerca de las orquídeas y lo más recomendable es regarla por inmersión, es decir, sumergiendo la maceta en agua unos minutos.
Hay que ser cuidadosos de jamás mojar las hojas ni la corona, la zona en la que nacen las partes verdes. Una vez sumergida, habrá que dejar que se escurra bien todo el agua antes de colocar la maceta de nuevo en su emplazamiento habitual.
La cantidad de agua o cada cuánto tiempo hay que regarla vendrá marcado por las raíces en el caso de que estas adquieran un tono gris plateado y bastará con observar el sustrato, ya que cuando esté seco y las raíces blanquecinas, será el momento de regar la planta nuevamente.
Por último se debe utilizar un buen alimento para conseguir la floración de orquídeas rápidamente, para ello, se debe elegir un estimulante de crecimiento específico para ellas, que cuente con una buena concentración de nitrógeno (N), fósforo (P), potasio (K) y de otros compuestos tan importantes como el hierro. Lo idóneo es un fertilizante líquido, que se aplicará siempre tras el riego y que permita aumentar la capacidad de absorción de nutrientes de la planta.
Aplicar un fertilizante de floración para orquídeas no puede hacerse a la ligera, se debe elegir el momento propicio del año haciéndolo coincidir siempre con la época de crecimiento de la planta, lo recomendable según la experta Ángeles Becerra, es que se haga entre marzo y noviembre, descansando el resto de meses. También se podrá fertilizar la planta cuando haya tirado las primeras flores de la vara floral pero esta se mantenga verde, así se estará promoviendo que pueda florecer nuevamente aprovechando la buena salud de la vara.
Un aspecto importante y que se debe tomar en cuenta es respetar las cantidades recomendadas por los fabricantes, ya que si se fertiliza de más, se pueden quemar las raíces y las hojas, haciendo que la orquídea no florezca.