El gobierno francés limitará el aumento previsible de los precios del gas natural y la electricidad en un máximo de 15% a partir del año que viene, una medida que amplía el control de precios que ya puso en marcha tras la invasión rusa de Ucrania, dijo el miércoles la primera ministra, Elisabeth Borne.
Los topes se aplicarán a los consumidores domésticos y a las pequeñas empresas.
Además se distribuirán los llamados "cheques energéticos" de entre 100 y 200 euros (una cifra similar en dólares) a unos 12 millones de hogares de ingresos bajos para ayudarles a pagar las facturas de calefacción en invierno, dijo Borne en una rueda de prensa.
Los topes introducidos este año ya limitaron las subidas de los precios domésticos de la electricidad al 4% y fijaron los precios del gas en los niveles de octubre de 2021, lo que ha contribuido a que la inflación sea menor en Francia que en los países europeos vecinos.
"Desde el principio, tomamos medidas fuertes para proteger a los franceses. Pero todo el mundo sabe, y tenemos que decirlo con transparencia, que estas medidas tienen un coste para nuestras finanzas públicas", dijo Borne para justificar que las nuevas medidas sean menos importantes que las anteriores.
En total, las medidas para el año que viene supondrán un coste de 16.000 millones de euros, dijo por su parte el ministro de Economía, Bruno Le Maire, de los cuales 11.000 millones se destinarán al gas y 5.000 millones a la electricidad.
Borne afirmó que "solo la moderación [del consumo energético] y la solidaridad europea nos permitirán evitar los cortes y el racionamiento en los peores escenarios, como un invierno especialmente frío combinado con problemas de suministro".