En caso de interrupción total del suministro de gas ruso, la Unión Europea tendrá que seguir esforzándose por reducir aún más sus necesidades para evitar quedarse sin gas en el invierno de 2023/24, advirtió el lunes en un informe la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La brecha entre oferta y demanda "podría alcanzar los 27.000 millones de m3 en 2023 en un escenario en el que las entregas de gas de Rusia se redujeran a cero y las importaciones de GNL [gas natural licuado] de China repuntaran hasta los niveles de 2021", según el informe.
La cifra de 27.000 millones de m3 equivale aproximadamente al 6,5% del consumo anual de la UE en 2021, que se situó en 412.000 millones de m3, el más alto desde 2011, según datos de Eurostat.
En 2022, podría alcanzar los 360.000 millones de m3, según cifras citadas por la AIE.
"La Unión Europea ha avanzado mucho en la reducción de su dependencia del gas ruso, pero aún no está fuera de peligro", declaró el lunes el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
En los años anteriores a la guerra de Ucrania, el precio de referencia del gas en el mercado europeo rondaba los 20 euros (una cifra similar en dólares) por megavatio hora. Este año subió a 300 euros antes de volver a caer a unos 100 euros.