Subvencionar las energías fósiles es una "locura", lanzó el enviado climático estadounidense el viernes en la COP26, que buscaba un acuerdo in extremis pidiendo a los países reducir su dependencia de carbón e hidrocarburos y más ayuda para las naciones desfavorecidas.
"En los últimos cinco o seis años", se gastaron en Estados Unidos "billones de dólares en subsidiar los combustibles fósiles", denunció John Kerry ante la asamblea plenaria de la conferencia sobre el cambio climático celebrada en Glasgow bajo la égida de la ONU.
"Eso es la definición de la locura", afirmó el diplomático, cuyo país volvió a la negociación este año de la mano del presidente Joe Biden tras su repliegue durante el mandato de Donald Trump.
"Esos subsidios tienen que desaparecer", añadió cuando la cita se acercaba a su fin, fijado oficialmente a las 18h00 GMT, aún sin un acuerdo a la vista.
Además de subsidiar a las compañías petroleras, el gobierno federal estadounidense impone luego un impuesto a los consumidores. En 2016 recaudó más de 36.000 millones de dólares, según datos del Departamento de Transporte.
Desarrollar el Acuerdo de París
Los delegados de 194 países reunidos en la ciudad escocesa desde el 31 de octubre tienen como misión determinar cómo desarrollar y cumplir los compromisos del Acuerdo de París.
Este pacto histórico fijó en 2015 el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global por debajo de +2 ºC a finales de este siglo respecto a la era preindustrial, e idealmente al más seguro +1,5 ºC, para evitar las devastadoras catástrofes naturales que implica cada décima de grado adicional.
Buscando un terreno común, un segundo borrador de resolución, publicado por la mañana, pidió a los países "la supresión progresiva de la energía producida con carbón sin mitigación y de las ineficaces subvenciones a los combustibles fósiles".
Las centrales eléctricas a base de carbón "sin mitigación" son aquellas que no utilizan tecnología de captura de CO2 para compensar parte de los gases que emiten a la atmósfera.
Se trata de una mención sin precedentes a estos combustibles, ampliamente responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero que causan el calentamiento del planeta.
Sin embargo, su formulación es más suave que la del primer borrador, que pedía simplemente "acelerar el abandono del carbón y la financiación de los combustibles fósiles".
Más ambición para 2022
Vanessa Pérez-Cirera, responsable de la oenegé ecologista WWF, lamentó que "el borrador revisado haya retrocedido en áreas claves".
"Ante la emergencia climática, habíamos considerado el texto anterior como el umbral absoluto y esperábamos que este fuera más fuerte y concreto", subrayó.
Se congratuló sin embargo de que "el aumento a corto plazo de los compromisos climáticos para 2022 siga figurando en el texto, aunque todavía sea insuficiente para el objetivo de +1,5 ºC".
Según un mecanismo establecido en 2015, los países deben revisar sus objetivos cada cinco años, la próxima vez en 2025.
Pero, desde su llegada a Glasgow, las naciones más vulnerables insistieron en que las revisiones se hagan anualmente.
El primer borrador de resolución, publicado el miércoles, llamó a los países a "revisar y fortalecer" sus planes de descarbonización para el próximo año.
Sin embargo, Pérez-Cirera consideró que "esto debe ir acompañado de una acción a corto plazo".
Por ejemplo, sugirió, eliminando "los billones que se gastan anualmente en subvencionar los combustibles fósiles, que podrían servir para alcanzar los 100.000 millones de dólares" anuales prometidos desde 2009 para las naciones desfavorecidas.
Hay que hacer más
Las emisiones de gases de efecto invernadero desde la Revolución Industrial ya provocaron un aumento la temperatura de +1,1 ºC y sus caóticas consecuencias, incluidas sequías e inundaciones, no harán más que agravarse provocando el surgimiento de millones de refugiados climáticos, advierten los expertos.
En los primeros diez días de la COP26 no cesaron de llover pomposos anuncios: nuevos objetivos de India -cuarto emisor mundial-, promesas de cesar la deforestación en 2030 y emitir un 30% menos de metano, gas con 80 veces más efecto invernadero que el CO2.
Incluso China y Estados Unidos, primer y segundo emisores mundiales, acordaron inesperadamente reforzar conjuntamente la lucha contra el cambio climático pese a sus profundas desavenencias en otros campos.
Sin embargo, la ONU advirtió que con todo esto el planeta sigue encaminado a un "catastrófico" calentamiento de +2,7 ºC y que se debe hacer más.