Los rincones mágicos en México son interminables y muy cerca de Querétaro se encuentra Mineral de Pozos Guanajuato y a unos 10 minutos un rancho muy peculiar donde cultivan y procesan la lavanda, esta planta medicinal a la que se le han atribuido infinidad de beneficios para la salud como controlar la ansiedad, depresión, mala digestión o incluso piquetes de insecto en la piel, esto debido a sus propiedades relajantes, calmantes, antiespasmódicas, analgésicas y antidepresivas.
Para llegar desde la ciudad se tendrá que tomar la carretera 57 y después la Pozos - San Luis en el estado de Guanajuato, para llegar a Mineral de Pozos, lo cual en vehículo es aproximadamente 1 hora.
Una vez que se llega a la propiedad es como adentrarse a un lugar de ensueño donde el color lila o lavanda aparece por todo lo ancho cual alfombra e inmediatamente pone a la mente en estado de relajación.
Don Antonio el dueño del predio ha cuidado con gran esmero el lugar para conservar varias especies de estas espigas que además perfuman agradablemente el ambiente.
A decir de las encargadas que también son quienes atienden la cafetería del lugar, ahí mismo procesan las flores para convertirlas en jabones, inciensos, aceites, cervezas, panques, roles, nieve y paletas de hielo.
El rancho tiene cinco años abierto al público y ha atraído infinidad de visitantes de todas partes de la república para conocer esta bella flor que además es muy común verla en adornos en las casas y hasta en fiestas como centro de mesa por su elegancia y el significado que brinda el contar con ellas.
En el lugar hacen todo el proceso desde la parte que la incubadora, el sembrado, la floresta y después las tratan para sus diferentes usos. Uno de los principales aspectos es que la plantación es completamente orgánica, ya que está libre de pesticidas o fertilizantes.
El lugar también cuenta con una cabaña para pasar la noche, caballos, recorridos y una bella terraza que permite disfrutar del bello panorama acompañado de una deliciosa cerveza elaborada con toques de la flor y para los más pequeños una paleta o nieve de lavanda con limón.