Córdoba, México | AFP.- Pequeño y fiero como el virus que le da nombre, Covid, un tigre de menos de un mes de nacido en un zoológico del este de México regala a sus dueños unos rugidos de esperanza en medio de la pandemia que atemoriza al planeta.
"El nacimiento de Covid fue un regalo para nosotros, un regalo increíble tanto para Bio Zoo como para nosotros como familia y fue un cachito de esperanza para continuar en la situación que está pasando ahora", dice Kitzia Rodríguez, veterinaria en el zoológico de su familia en Córdoba, estado de Veracruz.
El felino nació el 15 de marzo pasado en medio del temor que la pandemia de COVID-19 ha diseminado en todo el mundo, forzando a millones de personas a recluirse en sus casas para evitar contagios y golpeando la actividad de millones de negocios como Bio Zoo que se han quedado sin visitantes.
Aún no puede sostenerse en sus patitas y saca la lengua constantemente reclamando ser amamantado, sin embargo, Covid ya emite enérgicos rugidos, muestra de su recio carácter de tigre de bengala, aunque aún parezca un peluche viviente.
"Covid, la verdad, nació muy fuerte, nació grande, aunque nunca nadie supo que estaba embarazada la mamá", recuerda la veterinaria.
La Güera, madre de Covid, es una tigresa de ocho años rescatada por la familia Rodríguez y que pasó casi siete años en proceso de rehabilitación tras haber sido parte de un circo.
En principio, no podía quedar preñada por un problema de cadera, pero el padre de Covid, un macho más joven y de menor peso que la Güera -también rescatado de un circo-, logró montarla, pariendo luego un macho sano de 1,4 kilos de peso, detalla Rodríguez.
Sus cuidadores optaron por separarlo de la madre y alimentarlo con un biberón que toca y succiona con avidez, además de someterlo a evaluaciones médicas regulares para controlar su peso y tamaño, así como el crecimiento de sus huesos y músculos.
Para Gonzalo Rodríguez, propietario del Bio Zoo, la decisión de su hija de bautizar al pequeño felino como Covid quiere dar también un mensaje de conciencia ecológica más allá de la pandemia.
"Es un nombre de esperanza, de un virus que vino a enseñarnos a cuidarnos, que está haciendo daño, sí, pero nos está enseñando a recapacitar", dice Rodríguez, aludiendo a recientes catástrofes ambientales como los incendios de la Amazonia brasileña y los bosques australianos.
jla/yug/lp
© Agence France-PresseCórdoba, México | AFP.- Pequeño y fiero como el virus que le da nombre, Covid, un tigre de menos de un mes de nacido en un zoológico del este de México regala a sus dueños unos rugidos de esperanza en medio de la pandemia que atemoriza al planeta.
"El nacimiento de Covid fue un regalo para nosotros, un regalo increíble tanto para Bio Zoo como para nosotros como familia y fue un cachito de esperanza para continuar en la situación que está pasando ahora", dice Kitzia Rodríguez, veterinaria en el zoológico de su familia en Córdoba, estado de Veracruz.
El felino nació el 15 de marzo pasado en medio del temor que la pandemia de COVID-19 ha diseminado en todo el mundo, forzando a millones de personas a recluirse en sus casas para evitar contagios y golpeando la actividad de millones de negocios como Bio Zoo que se han quedado sin visitantes.
Aún no puede sostenerse en sus patitas y saca la lengua constantemente reclamando ser amamantado, sin embargo, Covid ya emite enérgicos rugidos, muestra de su recio carácter de tigre de bengala, aunque aún parezca un peluche viviente.
"Covid, la verdad, nació muy fuerte, nació grande, aunque nunca nadie supo que estaba embarazada la mamá", recuerda la veterinaria.
La Güera, madre de Covid, es una tigresa de ocho años rescatada por la familia Rodríguez y que pasó casi siete años en proceso de rehabilitación tras haber sido parte de un circo.
En principio, no podía quedar preñada por un problema de cadera, pero el padre de Covid, un macho más joven y de menor peso que la Güera -también rescatado de un circo-, logró montarla, pariendo luego un macho sano de 1,4 kilos de peso, detalla Rodríguez.
Sus cuidadores optaron por separarlo de la madre y alimentarlo con un biberón que toca y succiona con avidez, además de someterlo a evaluaciones médicas regulares para controlar su peso y tamaño, así como el crecimiento de sus huesos y músculos.
Para Gonzalo Rodríguez, propietario del Bio Zoo, la decisión de su hija de bautizar al pequeño felino como Covid quiere dar también un mensaje de conciencia ecológica más allá de la pandemia.
"Es un nombre de esperanza, de un virus que vino a enseñarnos a cuidarnos, que está haciendo daño, sí, pero nos está enseñando a recapacitar", dice Rodríguez, aludiendo a recientes catástrofes ambientales como los incendios de la Amazonia brasileña y los bosques australianos.
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