Más de la mitad de los pingüinos que existen en el mundo se encuentra en peligro de extinción a causa de la contaminación, el mal manejo de las pesquerías comerciales, la contaminación marina y el cambio climático.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) señaló en el Día Mundial del Pingüino que las amenazas agobian a 55 por ciento de esta especie, que reúne una población total cercana a los 21 millones de individuos, según datos de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, dados a conocer durante el Noveno Congreso Mundial de Pingüinos en 2016.
Este día se recuerda el movimiento por la protección de su entorno que surgió en enero pasado en el seno de la sociedad civil, para proponer al planeta la promoción y el cuidado de estas aves marinas no voladoras.
En este contexto se exige a la Comisión del Océano Antártico de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la creación del santuario oceánico más grande del mundo, con el objetivo de asegurar la preservación de los pingüinos y demás especies de la Antártida.
La dependencia federal explicó que estas especies son aves palmípedas del orden sphenisciformes que viven en colonias, pesan hasta 25 kilogramos y llegan a vivir hasta 20 años.
Los pingüinos se alimentan de peces y una buena ración de plancton y habitan las zonas más frías del Hemisferio Sur, sobre todo en las costas de Australia, Nueva Zelanda, Ecuador, Chile, Argentina, Islas Malvinas y Perú.
Algunas de las 18 especies existentes son de aguas más cálidas, como las de islas Galápagos, Sudáfrica y América del Sur, en el área de la corriente de Humboldt.
Sus alas, que funcionan como aletas, no están adaptadas para el vuelo, pero las convierte en magníficas nadadoras y buzas, debido a la fuerza de unos huesos que les permiten inmersiones de hasta 18 minutos y desplazamientos de hasta 60 kilómetros por hora.
La dependencia federal señaló que su sistema de calentamiento en una de las regiones más frías del planeta consiste en una gruesa capa de grasa y tres de plumaje apretado, impermeable y resistente.
La Semarnat agregó que es posible la recuperación de estas especies, como lo prueba la de los Adelies y Gentoos, en la Antártida y Australia, respectivamente, a consecuencia de sendas las declaratorias de áreas naturales protegidas.