Desde inicios del S.XX el producto diseñado tenía que verse muy bien, ser funcional, factible de producir y a su vez ser económicamente viable, comprensible para una época de descubrimientos y avances tecnológicos a un ritmo exponencial. Sin embargo, este periodo de jauja se ha visto empañado por el grave impacto negativo que ha tenido hacia el medio ambiente.
Victor Papanek fue una de las primeras voces disidentes, críticas y reaccionarias ante la responsabilidad y participación de los diseñadores en temas medioambientales; estaban más preocupados por salir en revistas, recibir el clamor popular del gremio y salir en hombros de los grandes eventos que por cuestionarse las consecuencias del uso de materiales y procesos de producción agresivos.
Es increíble descubrir que han pasado más de 50 años de estas reflexiones y no solo siguen vigentes, sino que el eco ha crecido generando mayor reverberación y es razón por la cual Papanek sigue siendo un autor relevante el cual se sigue revisitando gracias a las nuevas tendencias en Diseño Regenerativo, Economía Circular y Diseño Sostenible.
Sin embargo, y muy a pesar de que la gente en general tiene una conciencia ecológica y sustentable que rige sus hábitos diarios todavía falta mucho tramo por recorrer.
Después de Papanek, hoy día existen propuestas de sostenibilidad responsable que ya han sido adoptadas por la gente que hace diseño, lo importante es que no solo se practiquen como tendencia porque está de moda sino porque es relevante el ejercerlas por medio de buenas prácticas responsables. Sería como agregar forzadamente un ingrediente extra para disfrazar el sabor de una mala comida en lugar de cocinar con amor desde el principio.
Como menciona Tatu Marttila en su artículo Dematerialization by Design: “Los diseñadores no deberían promover la sustentabilidad solo por ser buen diseño, deberían influenciar directamente en los comportamientos inducidos por el diseño”.
*Director de Programa de la Licenciatura en Diseño del Tec de Monterrey Campus Querétaro.