La joven tenista Naomi Osaka y la veterana Victoria Azarenka disputarán la final del Abierto de Estados Unidos al derrotar este jueves a las estadounidenses Jennifer Brady y Serena Williams, quien no podrá igualar en Nueva York el récord de 24 títulos de Grand Slam.
Siete años después de sus finales del US Open, Azarenka y Williams se volvieron a encontrar en la pista Arthur Ashe para otro memorable duelo, esta vez sin que la estadounidense tuviera el apoyo de la apasionada afición de Flushing Meadows.
La bielorrusa, que no había vuelto a una final desde aquellas derrotas ante Williams en 2012 y 2013, esta vez fue capaz de remontarle una set en contra y vencerla por 1-6, 6-3 y 6-3 en una hora y 55 minutos de batalla.
"¿Siete años? Bueno, siete es mi número favorito así que supongo que estaba destinado a ser así", dijo radiante la ex número uno mundial. "Estoy muy agradecida por esta oportunidad, por poder jugar ante esta campeona".
"Es obviamente decepcionante, pero al mismo tiempo hice lo que pude hoy", dijo una cansada Williams. "Siento que otras veces he estado cerca y podría haberlo hecho mejor y hoy sentí que di mucho".
Como se había propuesto tras tener que remontar en los partidos anteriore, Serena Williams arrancó con enorme fuerza la semifinal y se llevó con facilidad el primer set.
Pero Azarenka no se rindió y comenzó a romperle el servicio a su rival y lograr ventajas que iban poniéndole presión a la estadounidense, que aspiraba a alcanzar su undécima final en su feudo del US Open, donde ha conquistado seis títulos.
Decidida a que no se repitiera la historia, Azarenka apretó con su servicio y redujo drásticamente el número de errores no forzados, provocando puntos más largos que desgastaban a su rival, que este mes cumplirá 39 años.
"Empecé muy fuerte. Luego ella siguió luchando. Simplemente cambió y empezó a jugar cada vez mejor", dijo Serena. "Tal vez retiré demasiado el pie del acelerador en algún momento".
Al inicio del tercer set, la estadounidense tuvo que ser atendida por un problema en el pie izquierdo, aunque después aclaró que no tuvo impacto en el partido.
"No fue mucho (...) era mi (tendón de) Aquiles. Simplemente se estiró demasiado", describió Williams, que confirmó que viajará a París para disputar Roland Garros a partir del 21 de septiembre.
Con el servicio más rápido de la noche, a 175 km/h, Azarenka selló una victoria que ratifica su espectacular renacimiento deportivo a sus 31 años.
Final al segundo intento
La bielorrusa atribuyó a la maternidad su nueva actitud que le está haciendo disfrutar por primera vez del tenis profesional.
"Espero poder inspirar a mujeres a ir tras sus sueños", afirmó. "Pero no te puedes identificar como solo una cosa. Ser madre es lo más importante para mí pero también soy una luchadora en la pista y voy a por mis propios sueños".
Con dos 'Majors' (Abierto de Australia 2012 y 2013) en su palmarés, Azarenka hizo un parón para dar a luz en 2016 y una disputa posterior por la custodia del pequeño Leo la mantuvo fuera del circuito más tiempo del que esperaba.
Desde que llegó a Nueva York, sin embargo, está intratable e invicta en 11 partidos entre el torneo Premier de Cincinnati y el US Open.
Azarenka y Osaka debieron enfrentarse a el 29 de agosto en la final del torneo de Cincinnati pero la japonesa se retiró antes por problemas físicos.
"Estoy segura de que esta vez podremos jugar y será una final increíble", dijo Azarenka. "Ella es una jugadora muy poderosa, una gran campeona. Ya ha ganado dos (Grand Slams). ¿No estamos las dos buscando el tercero? Será divertido".
Osaka por su segundo US Open
Osaka, de su lado, venció este jueves a Jennifer Brady por 7-6 (7/1), 3-6 y 6-3 y aseguró el puesto en su segunda final del US Open después de la de 2018, cuando se dio a conocer al mundo del tenis doblegando a Serena Williams.
"Para mí Nueva York es como mi segunda casa", agradeció. "Realmente adoro la atmósfera. Lamentablemente no hay gente aquí, pero siento que esta pista me sienta bien".
La japonesa se impuso en un juego muy igualado ante la estadounidense, una de las grandes sorpresa de este US Open, al superarla en los momentos decisivos, como el 'tie break' del primer set, que ganó por un cómodo 7/1.
Las dos tenistas hicieron una exhibición con el saque, con el 84% de puntos ganados con el primer servicio para Osaka y el 77% para Brady, quien había llegado a la semifinal sin ceder un solo set en el camino.
Osaka no pudo hacer su primer 'break' hasta el tercer set, para ponerse por delante 5-3 y encarrilar el triunfo.
Convertida en una nueva activista dentro del deporte, Osaka cumplió con su objetivo de llegar a la final para enseñar las siete mascarillas que trajo con nombres de víctimas emblemáticas de la violencia policial contra población negra en Estados Unidos.
Este jueves, la japonesa reivindicó a Philando Castile, un automovilista afroestadounidense muerto a tiros durante un control policial ante los ojos de su compañera y una niña en 2016.
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