Máscaras, playeras oficiales y cubrebocas alusivas a la lucha libre atiborraron una larga fila de aficionados, quienes luego de esperar un año y dos meses la reactivación de la cartelera de la Arena Querétaro, aguardaron un poco más antes de ingresar al recinto.
Boletos electrónicos, gel antibacterial, distancia de 1.50 metros entre espectadores y aforo del 30% fueron algunas de las medidas que los administradores pusieron en práctica ese día, como parte de la nueva normalidad.
Esa noche la pandemia estuvo presente también, pero no salió triunfal; nadie permitió que el bicho hiciera sucumbir a este deporte y a todos los rituales que le caracterizan: llaves a ras de lona, acrobacias en el aire, peleas fuera del cuadrilátero y sobre las butacas elevaron los ánimos de los presentes, quienes reían y vitoreaban desde sus lugares y se escabullían rápidamente hacia otros asientos, para esquivar los enfrentamientos en las primeras filas.
Pese a las indicaciones sanitarias, no faltaron los abrazos, saludos de mano y fotos del recuerdo juntos a los enmascarados, quienes agradecieron a sus seguidores por su pasión y larga espera.
El cartel estuvo integrado por estetas de Querétaro y Guanajuato como Rey Cometa y Espíritu Negro, gladiadores que forman parte de las filas del Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL). También subieron al ring Príncipe Otomí, Halcón Negro, Optimus y Ángel Rebelde, entre otros.
Será este próximo 13 de junio cuando la Arena Querétaro vuelva a recibir a los enmascarados; el mano a mano será entre luchadores locales y de Celaya.