Aunque los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín-2022 (4-20 de febrero) tengan que celebrarse a puerta cerrada o con limitaciones importantes de aforo, el evento conserva todo su sentido, según el jefe de los organizadores de Tokio-2020, Toshiro Muto.
La cita olímpica de verano en la capital nipona tuvo lugar prácticamente sin espectadores en la grada por la pandemia del covid-19, en julio y agosto de 2021, después de retrasarse un año por motivos sanitarios.
El lunes, el Comité de Organización de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín-2022 anuló su proyecto de vender entradas al gran público. Estaba en principio previsto que personas residentes en China pudieran asistir a las pruebas, toda vez que los espectadores procedentes del extranjero ya estaban vetados para esta ocasión.
En lugar de esa venta de entradas abierta al público local, los organizadores han previsto ahora acoger a espectadores únicamente mediante invitaciones, con el objetivo de "organizar la presencia de espectadores en las sedes" de las competiciones, indicaron, sin precisar cómo se hará la selección de esas personas.
Se mantiene "la emoción"
Pekín-2022 puede fijarse por lo tanto en la experiencia de Tokio-2020, cuyo patrón, Toshiro Muto, estima que la cita china puede ser igualmente exitosa pese a no tener estadios llenos ni el ambiente habitual de los grandes eventos deportivos.
"Aunque siempre es preferible tener a los fans en las gradas, no creo que el sentido de los Juegos se pierda únicamente porque las medidas antivirus impidan al público estar presente", declaró.
"En un mundo numérico como el nuestro, la gente puede ver (las competiciones) como si estuviera en los estadios. Y no os equivoquéis, la emoción sigue estando ahí", afirmó.
China, que se enfrenta en las últimas semanas a varios focos de covid-19, ha puesto en marcha varias medidas para tratar de impedir la propagación del virus, especialmente ahora que los Juegos Olímpicos están tan cerca.
Los deportistas, los integrantes de los cuerpos técnicos, los voluntarios y la prensa permanecerán en una burbuja sanitaria perfectamente controlada, separados por completo del resto de la población. Tendrán que someterse a test diarios y llevar permanentemente una mascarilla.
Estos medidas ya fueron en parte utilizadas por Tokio-2020 y Toshiro Muto estimó que podrían seguir siendo necesarias en 2024 en los Juegos de verano de París.
"Nadie puede predecir con seguridad cómo va a evolucionar la situación del virus. Quedan todavía más de dos años antes de los Juegos de París y espero que las cosas vuelvan a la normalidad para entonces. Pero es solamente un deseo y no lo sabremos hasta que llegue el momento", afirmó.
Sapporo piensa en 2030
Muto defendió su balance respecto a los Juegos de Tokio, que tuvieron lugar en medio de un clima de descontento de la población local, mayoritariamente en contra de la celebración del evento.
"No me arrepiento nada. La mayor parte de la gente ha dicho después que estaba contenta con que organizáramos los Juegos", explicó el responsable olímpico japonés.
"Eso no quiere decir que todo fuera bien. Una cosa sobre la que podemos reflexionar es que no supimos hacer frente al descontento de la gente sobre la organización de los Juegos. No explicamos las cosas de una manera tranquilizadora, sobre que todo iba a ir bien", afirmó.
Citó especialmente un informe del gobierno japonés, publicado el pasado mes, en el que se señalaba que los Juegos Olímpicos no habían contribuido a la propagación del coronavirus en el país.
En el horizonte, otra ciudad japonesa aspira a albergar unos Juegos Olímpicos. Es Sapporo (isla de Hokkaido), que se plantea ser sede de la cita de invierno de 2030.
Sapporo, que ya acogió los Juegos de Invierno en 1972, lanzará en breve un sondeo para evaluar la opinión popular al respecto.
"Van a hacer a partir de ahora varias cosas para ganarse la aprobación de los habitantes de Hokkaido", declaró Muto.
"Sapporo organizó los Juegos Olímpicos de Invierno en ese lugar hace 50 años y, personalmente, creo que sería maravilloso si pudiera de nuevo acogerlos (más de) medio siglo después", sentenció.