El Sargento II de Infantería Leonardo Abdiel Rosillo, comandante de la Zona de Tequisquiapan, es una persona de retos que gusta realizar deporte en medio de la naturaleza y desea repetir la hazaña de cruzar la meta en el Ultramaratón de Monterrey, que por razones de Covid-19 deberá posponerse para el próximo año.
El Sargento contó que la preparación consta de dos partes fundamentales, debe ser física y mental.
“Dentro de la preparación física debe existir una buena alimentación y una muy buena hidratación nosotros nos estuvimos preparando casi 9 meses para ese evento donde exige mucha resistencia muchísimo impacto en rodillas y una gran voluntad un enorme corazón y un gran amor a la naturaleza, sin duda volvería a competirla porque te deja satisfecho pero a la vez no conforme con el resultado, sientes que puedes hacerlo aún mejor, tan enamorado del paisaje y tan contento por concluir una nueva carrera”, explicó.
En el ultra el corredor está expuesto a las características del entorno, este debe prepararse psicológicamente para correr con sueño, con lluvia, sobre el río, en montaña, con molestias con hambre, sobre carretera bajo el velo de la noche la fatiga y el dolor.
Con el apoyo del Sargento Rosales, trabajó en los aspectos físicos para recrear un poco el paisaje.
“Corríamos en el cerro subida y bajada unas dos o tres veces trotamos sobre el río pues más del 65% de la carrera es sobre el río. Trabajamos mucha elasticidad pues el evento demanda muchas nuevas habilidades. Intentamos trabajar mucho cuádriceps porque las bajadas son peligrosas”
Una parte importante son los corredores porque cuando te ven te alientan y te jalan por unos cuantos minutos o kilómetros, comentó el Sargento.
“Pasando los 50 o 60 km dentro de mi cabeza pasaron ciertas preguntas, cómo es que hago aquí tengo hambre ya me rose. Sin embargo tienes que ver el lado positivo y contestarte a ti mismo que estás ahí porque puedes”.
Una parte importante de esta carrera es que por reglamento el corredor debe cargar con 5kg de peso que es tu equipo y este consta de cobija, botiquín silbato, espejo, cuchillo de campo, brújula, fósforos, cantimplora, lámpara sorda, sin contar con el agua y comida
El desafío es tal, que el Sargento desea volver pues desea mejorar en cada aspecto.
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