El primer Super Bowl se jugó y se transmitió por televisión fue el 15 de enero de 1967 como parte de un acuerdo entre la National Football League y el otro campeonato existente por aquel entonces, la American Football League (AFL), para que los vencedores de cada competición jugaran un partido que decidiera al campeón de Estados Unidos. Cuando la AFL se integró en la NFL, cada liga se convirtió en una conferencia y el juego pasó a ser entre sus campeones.
Dicho campeonato fue nombrado Super Bowl y se convertiría e una de las transmisiones de televisión más vistas en los Estados Unidos. Nueve de los 10 programas más vistos en la historia de la televisión de ese país, fueron Super Bowls. Solamente el final de M. A. S. H., en 1983, pudo superar los 100 millones de espectadores.
Cuando el Super Bowl comenzó, en 1967, una entrada costaba entre 6 y 12 dólares. En la actualidad una entrada supera los 4 mil dólares de promedio, y algunas pueden llegar a costar... ¡75 mil dólares!
Los anuncios durante el Super Bowl cuestan muy caros, pero este año superaron las expectativas con un costo de 4,5 millones de dólares por 30 segundos. Y un 41% de las personas que vean el juego volverán a ver los anuncios por internet.
De todas las festividades de los Estados Unidos, el Super Tazón está solamente en segundo lugar en consumo de comida, por detrás de Acción de Gracias. Es un día donde las personas consumen diferentes alimentos y este año (2019) se espera un consumo de 30 millones de litros de cerveza y 40 millones de alitas de pollo.
El lunes luego del Super Bowl, un 6% de los estadounidenses se reportan enfermos en el trabajo. También aumenta la venta de antiácidos y medicinas para el estómago en un 20%.