México, (Notimex).- La gentrificación de la zona y la falta de apoyo gubernamental están a punto de dejar en el desamparo a decenas de bailarines que acuden a La Cantera, en la colonia Tabacalera, un espacio que durante una década ha recibido a la comunidad dancística.
Con ello además se tirarían por la borda los años de trabajo y esfuerzo de su director, Jaime Camarena, por adecuar el espacio ubicado en el número 31 de la calle Ponciano Arriaga.
Por fuera parece un inmueble antaño, como los que permanecen en la zona que poco a poco se ha ido modernizado, mientras que en la parte baja hay un restaurante bar desde el que se puede ver entrar a jóvenes por una pequeña puerta que en su interior alberga un gran foro y varios salones de baile.
“Esto tiene su historia, cuando yo entré por primera vez esto tenía 11 años en litigio, la dueña siempre me reconoció durante años que le ayudé a levantarlo. Esto era una cama de polvo, latas, atrás había sido un swinger bar conocido como ‘El Caldosón’, lo demás eran paredes de tablarroca de una de las oficinas de uno de los sindicatos de electricistas”, contó Camarena a Notimex.
Recordó que por años realizó la labor de tirar y remodelar hasta que logró albergar en lugar de un tugurio uno de los espacios dancísticos más importantes no sólo de la capital mexicana, sino de todo el país, que genera 40 empleos al mes entre maestros, personal de limpieza, administrativos y bailarines.
“La Cantera ha sido un esfuerzo de mucha gente desde el inicio, pero se fortaleció con los años. Creo que el proyecto lo vivía yo hacia acá, pero no tenía idea hasta dónde iba a llegar, qué tan importante sería en la forma de imaginar la danza en la Ciudad de México, en México”, confesó Jaime Camarena.
Acompañado por “Nacho”, su perro Jack Russell terrier, que acostumbra a recibir a los estudiantes, el también director de la compañía de danza A Poc A poc explicó con orgullo que el lugar se convirtió en un espacio que favoreció la producción emergente.
“Tenemos un foro, clases continuamente, es un lugar de entrenamiento, el concepto es distinto, no es una escuela”, detalló.
Al lugar inaugurado hace 10 años, lapso en el que ha atendido a unas 18 mil personas, llegan artistas de Colombia, Estados Unidos, Venezuela y otros países, e incluso ha sido sede del Festival del Centro Histórico en la Ciudad de México.
“Hemos favorecido la danza contemporánea porque eso es lo que hacemos, acoge un montón de disciplinas, ahora mismo hay gente de danzas urbanas, de afro, es el lugar donde nos encontramos para bailar. La Cantera es danza, es comunidad, es vida”, destacó el coreógrafo de “En código bolero”.
Por su parte, Isela Quintana, coordinadora de La Cantera, indicó que ese espacio está abierto a todos porque cuenta con diferentes niveles, hay una clase de iniciación para principiantes y clases de intermedio a avanzado con un costo accesible, por debajo de la mayoría de los estudios de danza.
Quintana es bailarina y coreógrafa, por lo que resulta increíble ver pasar generaciones, ya que cuentan con muchos alumnos que se dedican también al circo o a la danza contemporánea, lo cual nutre el espacio.
Además hay alumnos que literalmente están en ese espacio de las 9:00, cuando inician actividades, hasta las 22:00 horas, con lo que prácticamente se convierte en una segunda casa para ellos.
“Nos enfocamos en el entrenamiento constante del cuerpo, a diario hay siete clases de hora y media cada una, tenemos diferente tipo de entrenamiento desde danza contemporánea, que es nuestra especialidad, hasta clásico, afro, vogue y del otro lado tenemos hip hop, todo esto va siendo un complemento hacia los artistas escénicos”, abundó.
En su oportunidad el bailarín de danza contemporánea Alfredo García, quien lleva más de tres años acudiendo a La Cantera y es egresado de una escuela profesional de danza, sostuvo que el sitio es tan importante como el propio desarrollo de su carrera artística.
“En este lugar he podido de verdad utilizar todas las herramientas que me enseñaron ahí y desempeñarme en el mundo laboral de la danza. Ha sido como una segunda carrera, he podido descubrirme todavía más como bailarín, como artista, todo se lo debo a este lugar, a la gente que comparte aquí el espacio, a los maestros, al director”, subrayó.
Un destino incierto
Pese a la labor importante que se realiza La Cantera está en riesgo de desaparecer debido a la gentrificación en la zona, proceso por el que la población original ha sido progresivamente desplazada por otra de un nivel adquisitivo mayor.
Para defender el espacio Camarena indicó que ahora está en proceso un juicio. “Es el tercero que enfrentamos, yo en algún momento dije cerramos, todo bien, pero he recibido tanta retroalimentación de la gente que conozco de La Cantera, que me preguntan ¿va a cerrar? y les digo que no, que la cerraremos cuando salgamos de aquí si no tenemos otro lugar".
Esa historia de incertidumbre viene de octubre de 2016, por lo que se cumplirán dos años y medio de la primera notificación, desde la cual han enfrentado dos juicios, en los que su postura básicamente ha sido la de ceñirse a la ley.
A decir del coreógrafo, la dueña, de apellido Sepúlveda, tiene autorizada la construcción de 25 mil metros cuadrados, es decir, hasta 25 pisos, que ignora si podrían ser de departamentos u oficinas.
Él no está en contra de ello, lo que pide es que se reubique ese espacio en un lugar similar y no quede a la deriva.
El lugar recibió el apoyo de ‘México en Escena’ durante cinco emisiones, lo que suma 12 años, con lo que se construyó, pero este año no ocurrió así.
Dicho apoyo correspondía a un programa tripartito instituido a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca), el Instituto Nacional de Bellas Artes y el Centro Nacional de las Artes.
Camarena externó que gracias a apoyos repetidos es como despegan los proyectos y lamentó que ello se vea como un abuso o un acto de corrupción.
En tal sentido consideró que el Fonca es una estructura perfectible pero no destruible. "Creo que ciertas estructuras son importantes y básicas para seguir generando lo que generamos artistas como nosotros, de nuestras características; no se trata de restar sino de sumar”.
Asimismo, consideró como un asunto de voluntad llegar a conseguir un nuevo espacio del INBAL o del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para La Cantera y rescatar el espacio quizá con otro formato, como un patronato.
“El asunto de la continuidad tiene que ver con la construcción de algo, el error es pedir a voz en cuello que se quite lo que tiene en vez de ampliar las posibilidades. Ha habido un recorte en cultura muy importante, o sea la Cuarta Transformación nos ha traído un recorte más a lo ya recortado”, denunció.
Compartió que ese espacio germinó gracias a condiciones públicas, además sobresale por su ubicación, a unos metros del Monumento a la Revolución, cerca de la estación del metrobús Plaza de la República o del metro Revolución, en una zona recién remodelada, donde fue reactivado el Frontón México.
La Tabacalera se ubica en el corazón de la Ciudad de México, por lo que Camarena siempre pensó que debía existir ahí un lugar con las características de La Cantera.
“Existen pocos espacios como este en la ciudad, unos ofrecen clases, pero no de manera regular como aquí, donde se permite a artistas independientes presentar proyectos y trabajos", coincidió, por su parte, Alfredo García.
Acciones para sobrevivir
Jaime Camarena sostiene pláticas con autoridades del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) para ver si recuperan un lugar específico en la zona, hacia Tlatelolco, que considera forma un triángulo importante con el Centro Cultural Universitario y lo único que pide es que tenga la misma capacidad que ahora tiene para atender a la gente, o incluso a más.
“Lo más importante es pensar en rescatar a una comunidad que existe y coactúa en este lugar. La Cantera está en un momento en que puede ser el motor de un proyecto comunitario, que rescate gente de la calle, además de todo lo que sucede a nivel de danza contemporánea, con los mix (urbana, hip-hop, etc.), que ya son dos campos semánticos que se están abrazando”, dijo.
El director explicó que se trata de pedir más y acercarse a las comunidades, donde confiere a las instancias e instituciones hacer los enlaces.
En su caso en varias ocasiones ha acudido a la alcaldía para exponer el lugar que puede conectarse con el Bajo Puente, donde también bailan, y así transformar a la Cuauhtémoc en "una alcaldía que baila".
“La Cantera ya tiene su identidad, ¿Qué pasa si la enlazas con la delegación? abres otras puertas. Yo no tengo problema en hacer un taller o llevar uno de nuestros espectáculos con enfoque ambiental, pero hay una falla entre la retribución social y la concepción del trabajo comunitario”.
Por el momento adelantó que en breve lanzará una campaña en la que pedirán a la comunidad hacer un pequeño video en el que relacionen a ese espacio con algo como La Cantera=casa, La Cantera=luz, y que utilicen en redes sociales el hastag #LaCanteraVive.
“Estamos resistiéndonos a que desaparezca, es una plataforma para todos, tanto para los maestros como para los alumnos. Principalmente es un espacio que ha dado mucho a la danza nacional", añadió Isela Quintana.