Después de tres años de no realizarse, debido a la pandemia, este martes santo se retomó la tradición de Cristo en el Aposentillo, en el Templo de Nuestra Señora de los Dolores, mejor conocido como el Beaterio.
Esta práctica sanjuanense fue dirigida por el Padre Diacono Edgar Omar Barrera Mejía, quien se encargó de explicar a los presentes los actos piadosos y los invitó a la reflexión, acompañado de Francisco Pájaro, vocero de la iglesia católica.
El Aposentillo representa el lugar donde Jesús estuvo preso durante su Pasión. En el altar del templo se coloca la imagen de un Cristo flagelado con túnica blanca y ojos vendados, dentro de una estructura que simula la prisión.
Los niños participantes, disfrazados de angelitos, abren la reja, le quitan la corona de espinas y sus amarres. Le ofrecen flores, agua bendita, barren su celda y entonan cantos con la finalidad de acompañarlo y mitigar su dolor.
Este rito fue utilizado por los primeros misioneros franciscanos para evangelizar a los indígenas y tiene la finalidad de acompañar a Jesús en la prisión, además de que se reza el Santo Rosario, se hace oración por los presos pidiendo a Dios que les dé fortaleza en su tormento.
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