Desde lejos se puede escuchar en el organillo las típicas canciones mexicanas como Amor Eterno, Caminos de Michoacán, Las Mañanitas, María Bonita, Cien Años, entre otros. Como cada mañana Adriana Breña sale de su casa antes de las nueve de la mañana con el Organillo, para dirigirse con su compañero Carlos Macedonio a las calles del centro histórico o semáforos de la ciudad, con la finalidad de mantener la tradición de los organilleros y llevar la música típica mexicana a los oídos de los queretanos.
“Yo inicié en este oficio hace tres años por invitación de un compañero, al principio me daba pena pedir apoyo económico y que me vieran, pero con el tiempo fui tomando amor y pasión por mi trabajo que es tan digno como cualquier otro, me gusta que la gente disfrute las canciones y les traiga recuerdos a la mente”.
El aparato que utilizan pesa alrededor de cincuenta kilos y lo rentan por doscientos pesos al día. “El organillo cualquiera lo toca, pero no cualquiera lo carga, está muy pesado y nuestra jornada laboral es muy amplia, trabajamos alrededor de once horas, dependiendo de como este el ambiente, ya que a veces las autoridades nos quitan de donde estamos”.
Finamente hizo Adriana hizo un llamado a las autoridades para que se les permita trabajar, en especial en el cuadro del centro histórico, así como a seguir conservando esta tradición.