Hace 36 años, en San Juan del Río se efectuó un evento que significó el boom de la novela policiaca en México y otras partes del mundo, el Segundo Congreso Internacional de Novela Policiaca de 1987. Desde ese entonces, este género literario se mantiene con vida, pues hasta la fecha autores siguen retratando, a través de la ficción, parte de la realidad que se vive, señaló el escritor y director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Paco Ignacio Taibo II.
Durante su visita a San Juan del Río con motivo del Primer Encuentro de Novela Policiaca, el autor recordó que en la década de 70 y 80 la novela policiaca comenzó a tomar fuerza entre otros géneros literarios, esto gracias a una generación de escritores críticos que se interesaban por retratar la realidad social que se vivía en sus países de origen. “Un ascenso de novela policiaca con carácter de novela social”.
Dentro de este escenario, dijo, fue que se creó la Asociación Internacional de Escritores Policiacos, la cual buscaba hacer una conexión entre autores de todo el mundo. Añadió que con su fundación llegó el primer congreso en La Habana, Cuba. Al año siguiente, el segundo congreso se realizó en San Juan del Río, ciudad queretana que por una semana reunió a los mejores escritores del género.
“Era un policiaco fuera de lo habitual al que estamos viendo desde el mundo editorial a través de una cosa que se nombró la novela policiaca negra, esta variante, que era una novela policiaca bajo una idea muy sencilla que era que la novela policiaca te permite discutir, no solo quién, cómo y dónde pasó, sino en qué sistema sucedió, por lo tanto, convertirse, queriendo sin querer, en novela social”, comentó.
Recordó que aquel segundo congreso se realizó con aportaciones de los mismos escritores y de algunos apoyos del gobierno municipal de San Juan del Río y del estado de Querétaro. Asimismo, calificó a este evento como un éxito, pues logró reunir alrededor de 25 escritores policiacos de distintas nacionalidades.
Por su parte, el periodista y escritor, Víctor Ronquillo, afirmó que a partir de este congreso se desató un interés entre la población por la literatura policiaca y con ello se tuvo un reconocimiento de aquellos autores que estaban inmersos en esta corriente.
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Asimismo, coincidió en que las obras literarias producidas de este género en aquellos años tenían una visión comprometida con la realidad y con los oprimidos de esa realidad, esto a diferencia de lo que había sido en un primer momento la novela policiaca que se centraba más en el enigma de solución de casos, juegos intelectuales, entre otros.