/ jueves 6 de agosto de 2020

Leyenda de la monja de la catedral

Una historia de amor del estado de Durango entre Beatriz y Fernando que terminó en tragedia

Una bella joven con buena educación que vivía con su familia muy cerca del templo religioso a mediados del siglo XIX tomó la decisión de jurar los votos e ingresar al convento.

Los padres de Beatriz, nombre de la joven, al ver a su hija feliz por su decisión, donaron toda su fortuna al monasterio.

Foto: Cortesía | Pinterest

Como consecuencia de la invasión de las tropas francesas, se clausuraron conventos e instituciones religiosas, por lo que Beatriz regresó a casa, en donde su madre había muerto y su padre se encontraba muy enfermo, por lo que semanas después también murió, la joven tuvo que hipotecar lo último que le quedaba, la casa familiar.

Todos los días las tropas francesas desfilaban frente al convento y la casa de la joven, desde su ventana, Beatriz miraba a un soldado francés de nombre Fernando, quien un día tocó a su puerta pidiendo ayuda, pues la resistencia mexicana les había tendido una emboscada y una bala lo había alcanzado.

Foto: Cortesía | Pinterest

La joven lo ayudó a sanar su herida y fue así como inició su historia de amor, ambos se enamoraron sin olvidarse de la guerra que había afuera por lo que mantuvieron su relación en secreto.

Napoleón III decidió retirar sus tropas de tierras mexicanas y entre lágrimas los jóvenes se despidieron con la promesa de que pronto se reencontrarían, en la retirada el ejército mexicano volvió a atacar fusilando a todos los franceses, entre ellos a Fernando.

Mientras, Beatriz esperaba ansiosa el regreso de su amado pues en sus entrañas crecía la prueba de su amor, todos los días subía al campanario de la catedral buscando una señal que le indicara que Fernando volvía.

Pronto se vencería la hipoteca de la casa y no tendría a dónde ir, sabía que en ningún convento la aceptarían y su amado no regresaba.

Los días pasaron hasta que un día el sacerdote abrió la puerta del templo religioso y encontró el cuerpo de Beatriz tendido en el suelo sin vida, al parecer se había lanzado del campanario desde una altura de más de 30 metros, al no querer quedarse sola y con un hijo sin padre.

Foto: Cortesía | Pinterest

Desde entonces, son muchos los que aseguran que durante el atardecer han visto una silueta de una mujer embarazada en el campanario de la Catedral de Durango.


Fuente: diariofemenino

Una bella joven con buena educación que vivía con su familia muy cerca del templo religioso a mediados del siglo XIX tomó la decisión de jurar los votos e ingresar al convento.

Los padres de Beatriz, nombre de la joven, al ver a su hija feliz por su decisión, donaron toda su fortuna al monasterio.

Foto: Cortesía | Pinterest

Como consecuencia de la invasión de las tropas francesas, se clausuraron conventos e instituciones religiosas, por lo que Beatriz regresó a casa, en donde su madre había muerto y su padre se encontraba muy enfermo, por lo que semanas después también murió, la joven tuvo que hipotecar lo último que le quedaba, la casa familiar.

Todos los días las tropas francesas desfilaban frente al convento y la casa de la joven, desde su ventana, Beatriz miraba a un soldado francés de nombre Fernando, quien un día tocó a su puerta pidiendo ayuda, pues la resistencia mexicana les había tendido una emboscada y una bala lo había alcanzado.

Foto: Cortesía | Pinterest

La joven lo ayudó a sanar su herida y fue así como inició su historia de amor, ambos se enamoraron sin olvidarse de la guerra que había afuera por lo que mantuvieron su relación en secreto.

Napoleón III decidió retirar sus tropas de tierras mexicanas y entre lágrimas los jóvenes se despidieron con la promesa de que pronto se reencontrarían, en la retirada el ejército mexicano volvió a atacar fusilando a todos los franceses, entre ellos a Fernando.

Mientras, Beatriz esperaba ansiosa el regreso de su amado pues en sus entrañas crecía la prueba de su amor, todos los días subía al campanario de la catedral buscando una señal que le indicara que Fernando volvía.

Pronto se vencería la hipoteca de la casa y no tendría a dónde ir, sabía que en ningún convento la aceptarían y su amado no regresaba.

Los días pasaron hasta que un día el sacerdote abrió la puerta del templo religioso y encontró el cuerpo de Beatriz tendido en el suelo sin vida, al parecer se había lanzado del campanario desde una altura de más de 30 metros, al no querer quedarse sola y con un hijo sin padre.

Foto: Cortesía | Pinterest

Desde entonces, son muchos los que aseguran que durante el atardecer han visto una silueta de una mujer embarazada en el campanario de la Catedral de Durango.


Fuente: diariofemenino

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