A partir de este Lunes Santo, las calles de algunas comunidades de Pedro Escobedo se ven invadidas por un personaje que a su paso solo deja una estela de travesuras. Se trata de Barrabás, figura que decide salir a hacer algunas diabluras previo a la crucifixión de Jesús.
De acuerdo con el representante del grupo de Semana Santa de San Fandila, Alfredo de la Cruz Botello, las visitas y travesuras de Barrabás a algunas comunidades de Pedro Escobedo es una de las tradiciones de Semana Santa que se mantienen vivas pese a los años. Se trata de una costumbre que se realiza previo al viacrucis que se lleva a cabo en esta localidad.
Explica que una vez que inicia la Semana Santa, uno de los actores que participan en la representación de la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo se caracteriza de una manera peculiar, pues se viste con ropas rotas, se coloca algunas cadenas sobre el cuerpo y sus manos y cara son cubiertas con tizne. Además, agrega que porta un machete con el que va haciendo ruido en las calles y asusta a quien se va encontrando en su camino.
“Es una de las tradiciones que tenemos por Semana Santa. La finalidad de Barrabás es que vaya haciendo ruido con un machete por las calles para llamar la atención de los vecinos. Entonces, pues muchas personas, principalmente niños, tienen la curiosidad de ver a un hombre tiznado, con una peluca, con ropa rota, con cadenas y pues ahí es cuando Barrabás aprovecha para hacer algunas de sus travesuras”, comenta.
Dice que Barrabás sale a las calles los días lunes, martes y miércoles de la Semana Santa; días donde aprovecha para visitar varias comunidades aledañas a San Fandila y hacer sus travesuras. Indica que nadie se salva de este personaje, pues incluso ingresa a las tiendas y pide que le regalen algunas golosinas para apaciguar su hambre.
Añade que durante estos días Barrabás es perseguido por un par de soldados romanos que buscan detenerlo por todas las fechorías que ha hecho, sin embargo, nunca tienen éxito. Dice que el jueves más de un Barrabás camina por las calles de San Fandila, huyendo de los soldados que quieren aprehenderlos.
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Alfredo de la Cruz Botello expone que la verdadera intención de esta tradición es invitar a las personas de las comunidades a asistir al viacrucis que se realiza en San Fandila, el cual cuenta con alrededor de 49 años de historia, y también, para solicitar un apoyo económico voluntario que permita subsanar algunos gastos que se hacen en el desarrollo de este evento.