Ilsa Aguilar, Avil León y Glenda Prado son tres mujeres trans que desde diferentes trincheras buscan cambiar el panorama para este sector en el estado.
Pertenecen a diferentes generaciones, estudiaron una licenciatura y las tres son activistas. El contexto de violencia y discriminación en el país fue lo que las obligó a insertarse en la lucha social para garantizar su acceso efectivo a los derechos humanos.
Ilsa Aguilar estudió Sociología en la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), es reconocida por su trayectoria en el activismo contra el VIH y por convertirse en la primera mujer trans queretana en cambiar su identidad en el registro civil , tras dos años de una batalla legal. Actualmente dirige Queertrans, una organización en pro de los derechos de las personas trans, travesti y no binarias, y busca modificar su fe de bautismo ante la Iglesia Católica, para vivir de manera plena su religión.
Avil León es una joven de 22 años, estudia Ciencias de la Seguridad en la UAQ y pertenece a la cultura ballroom en Querétaro. Actualmente busca que el gobierno queretano reconozca su identidad como persona no binaria. “Como en Querétaro no existe la legislación, el año pasado metimos una iniciativa de ley a través de la Comisión de los Derechos Humanos, y la han estancado. Así que ante la necesidad de que mi identidad sea reconocida y que la UAQ me reconozca como también, hice el trámite en la Ciudad de México, por lo que ya cuento con mi acta de nacimiento, con mi INE y CURP, solo falta que el Estado de Querétaro resguarde mi acta anterior y la baje del sistema para que yo no incurra en un delito al tener dos identidades. Que el Estado se niegue a hacer este cambio me hace vivir en la ilegalidad´”, lamentó Avil en entrevista.
Además de las consecuencias legales que podría tener si no se realiza este cambio, la activista señaló que también lo hace para exigir que las personas no binarias sean reconocidas en el estado: “La constitución dice que tenemos derecho a una identidad y a elegir quienes queremos ser y cómo queremos ser identificados; por eso se me hace ilógico que las dependencias de gobierno, que son las encargadas de garantizar nuestros derechos, sean las que los restrinjan”.
Glenda Prado es una escritora, directora teatral y actriz de 55 años de edad. Estudió periodismo y ejerció por mucho tiempo su profesión, pero tras asumir su identidad de género asevera que sufrió discriminación y violencia institucional en Monterrey, Nuevo León, de donde es originaria.
“Tuve que exiliarme en algún momento de la ciudad para poder sobrevivir, y tuve que hacer muchas cosas de las que no me arrepiento. En un Monterrey de 1997, una travesti solo tenía como opción para sobrevivir ser prostituta, ser peluquera, hacer show travesti o ser bruja, porque la opción de ser profesionista estaba completamente cerrada”, señaló.
Más tarde regresó a su labor como reportera, y luego se integró a diferentes partidos políticos como aspirante a cargos de representación en pro de los derechos de la comunidad LGBTI+. A la par se desempeñó como activista e integró los primeros colectivos trans en Nuevo León y Coahuila.
Desde hace tres años vive en Querétaro, escribe sus propias obras de teatro y trabaja en la Corte Teatral. Sus obras están inspiradas en su propia vida, y ha llevado al escenario algunas de las problemáticas que enfrentan las personas trans.
Glenda afirma que pese a los años, el panorama no ha cambiado tanto como se pensaría, incluso asevera que se ha recrudecido y como prueba, la violencia digital que vive la comunidad en las redes sociales.
“Aunque esta plática no habría sido posible hace 25 años, la transfobia ahí sigue pero se ha modificado, se ha adaptado a los tiempos (…) Ahora se encuentra dentro de un celular, ahí está todo, todo lo que nosotras vivimos física y verbalmente en los años 90, ahí está. Nos siguen atacando igual, con el mismo discurso, así que la violencia continúa. Los asesinatos en contra de nuestro colectivo están más intensos que nunca, la diferencia es que ahora podemos protestar por eso, antes no podías abrir la boca porque si no te mataban; ahora por lo menos nos dejan desahogarnos”, asintió la activista.
El Día Internacional de la Visibilidad Trans es una conmemoración anual que tiene lugar el 31 de marzo, con el propósito visibilizar las experiencias de vida de personas trans y no binarias en diferentes ámbitos de la sociedad, a fin de señalar la importancia de que este sector tenga acceso a la educación, la salud y el trabajo, entre otros derechos, para elevar su calidad de vida.
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La iniciativa también es una apuesta para sensibilizar en contra de la transfobia, y busca romper con los estereotipos que rodean al sector para mostrar que muchas personas trans se han abierto paso en diferentes ámbitos económicos y de la sociedad.
De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Diversidad Sexual y de Género (2021), en México 5 millones de personas (5.1 % de la población) se autoidentifican con una orientación sexual y de género LGBTI+, y de esta cifra 316 mil personas se reconocen como trans.