El Panteón de la Santa Veracruz tiene sus raíces en un contexto histórico significativo. En 1853, las actas públicas del Cabildo concedieron la construcción de este camposanto en las afueras de San Juan del Río como respuesta a la amenaza de epidemias como el "Cólera Morbus". Siete años más tarde, en 1860, se completó este panteón, aunque la tumba más antigua data de 1857.
La construcción de este lugar no solo respondió a preocupaciones de salud pública, sino también a la voluntad de las familias más prominentes de la ciudad de tener un espacio "especial" donde descansar eternamente.
El Panteón de la Santa Veracruz consta de zonas como gavetas, fosas de restos, capilla y criptas, y su construcción se realizó principalmente con cantera negra extraída de la cercana loma.
Hoy en día, este sitio se conoce como el Museo de la Muerte y se encuentra detrás de la capilla del Calvario. El lugar está impregnado de historia, con pinturas murales que reflejan temas mortuorios y elementos que rinden homenaje a las costumbres coloniales.
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La torre central del panteón presenta detalles significativos, como calaveras que representan diferentes grados eclesiásticos y símbolos de la fugacidad del tiempo y la maldad en el mundo. Cuatro calaveras sobre columnas de cantera negra custodian los portales, agregando un toque distintivo al lugar.
