México, (Notimex).- Con la idea de impulsar entre los lectores de seis a 18 años la creación literaria que promueva el respeto, el conocimiento y la protección de los derechos humanos de las personas migrantes, una conocida editorial convoca al 4° Concurso de Cuento Infantil y Juvenil 2019 “Líneas que se cruzan: Historias de migrantes”.
Cada edición, Porrúa invita a alguna institución para tocar, con la literatura, problemas sociales con la finalidad de proponer soluciones y reestructurar el cambio social, involucrando a niñas, niños y jóvenes mediante la lectura. Este año la institución gubernamental que une esfuerzos con la editorial es el Consejo Nacional de Población (Conapo).
En entrevista con Notimex, Carlos Javier Echarri, titular del Conapo, informó que se calcula que en 2017 las personas que vivían en un país distinto al de su nacimiento sumaban 258 millones, frente a 190 millones que había en 2005, lo que representa 3.4 por ciento y 2.9 por ciento de la población mundial, respectivamente.
“En México, la Constitución reconoce que todas las personas en el país gozan de los mismos derechos humanos, y en ese sentido, el Estado tiene que ir cambiando sus políticas para enfrentar las nuevas realidades en torno a la migración y el manejo de los flujos migratorios, movimientos continuos en todo el territorio nacional, señaló.
Dijo que hoy vivimos un periodo de cambio sobre lo que ha significado la migración, tradicionalmente vista como varones que viajaban a Estados Unidos a trabajar y regresaban únicamente a pasar las fiestas patronales, los carnavales y la Navidad con su familia. “Incluso venían con camionetas cargadas de regalos para amigos y parientes”.
Por esos movimientos de reunificación familiar, en algunos sitios como Uriangato y Moroleón, en el estado de Guanajuato, recorren el calendario escolar por las fechas de la comunidad, que es cuando vienen los migrantes. “Lo anterior, para que los niños estén con sus padres que viven del otro lado y no pueden estar aquí todo el tiempo”, dijo.
Por otro lado, situaciones de niños migrantes no acompañados, como el que se dio durante el sexenio pasado, y el endurecimiento de la política migratoria de Estados Unidos, “han provocado que si sumamos todos los que se van y restamos los que regresan resulta que el saldo ha llegado a ser negativo; ya recibíamos más de los que enviamos”.
Y cuando hubo deportaciones de mexicanos que habían hecho su vida en Estados Unidos, con familia e hijos, y éstos se habían formado bien en el idioma inglés, pero con un mal manejo del español, se dio un problema de adaptación, por eso se rebajaron requisitos para la legalización e inserción de esos niños y jóvenes en el sistema educativo mexicano.
Antes, en los años 80, la situación era de refugiados que venían huyendo de la guerra de diversos países centroamericanos, y quienes llegaban para trabajar en las fincas cafetaleras. Por otro lado están los flujos de América Central que tenían como meta Estados Unidos y se subían al tren llamada “La Bestia” con todos los riesgos que eso representaba para los migrantes.
El doctor Carlos Javier Echarri recordó que México tiene un importante historial de asilo, desde los años de la Guerra Civil en España (1936-1939) y el cobijo que el país dio a quienes llegaron exiliados, hasta los años recientes en que guatemaltecos y salvadoreños de paso hacia la Unión Americana se quedaron en la frontera y se adaptaron a la cotidianidad de esa franja del territorio nacional.
En ese largo camino de millones de personas han nacido historias, anécdotas, leyendas y narraciones que los protagonistas podrían compartir con el resto de la sociedad. “Ojalá sean experiencias buenas, aunque también hay malas, en las que los niños y jóvenes retomen aspectos de la migración y la inmigración, subrayó el entrevistado.
Advirtió que el flujo de retornados ha crecido mucho, “por lo que ahora nos enfrentamos al reto de incorporarlos a la sociedad activa y a insertarlos en la sociedad nacional en su conjunto". A la par de esa situación que toca al mandato que tiene Conapo, añadió su titular, se desea armar una narrativa nacional en torno a ese tema complejo e interesante.
Insistió que el Estado mexicano debe actualizar sus políticas ante las nuevas realidades de la migración e inmigración, frente a la ida y venida de nacionales y retorno de mexicanos que habían estado en el extranjero, así como del arribo de extranjeros a la geografía nacional; se está construyendo una migración segura, regulada y regular, acotó.
De acuerdo con la convocatoria lanzada hace unos días por las instancias organizadoras del concurso, se tiene hasta el 23 de agosto de este año para enviar propuestas narrativas; el 25 de octubre de 2019 se darán a conocer los nombres de los ganadores, y la ceremonia de premiación se realizará en marzo de 2020 en la Ciudad de México.
En esta edición los premios son: primer lugar, 50 mil pesos; segundo lugar, 30 mil pesos, y tercer lugar, 20 mil pesos, y la publicación de la obra en los sellos Gusano de Luz (dirigido a un público de seis a 12 años) y Quarto de Hora (dirigido a público de 13 a 18 años). La convocatoria está abierta para las personas mayores de edad radicadas en el país o en el extranjero.