Como cada año cientos de personas se dan cita en el pequeño atrio de la iglesia de San Ildefonso Tultepec, en Amealco de Bonfil, con el propósito de iniciar las festividades.
A lo largo del día mayordomos y cargueros de la región son acompañados de rezos y cánticos que cautivan los sentidos de los espectadores, pues las imágenes religiosas son las que engalanan las festividades.
Al interior del templo son colocadas cada una de las imágenes, que con el transcurso de las horas son decoradas con las ofrendas.
Entre las tradiciones de las familias se destaca una, conocida como las “Amarraderas”, con pequeños trozos de estambre que son atados a diferentes partes del cuerpo, con la intención de solicitar algún milagro o que los curen de alguna enfermedad.
Después de las largas caminatas y de haber cumplido su encomienda, la gente oriunda de las localidades ofrece alimento y bebida a quienes arribaron a la Iglesia, instante en el que se muestra la calidez de los lugareños.
Conforme avanza el día arriban peregrinos que danzan sin importar el cansancio, y con la convicción de mantener y preservar sus tradiciones, pues es la manera en la que el arraigo por su tierra y fe se mantiene.